Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Esta semana se celebra en el Círculo de Bellas Artes de Madrid una jornada titulada Descolonizar museos y resignificar monumentos incluida en un congreso que, con participación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y entidades iberoamericanas y europeas, estudia la reconversión de espacios museísticos y elementos representativos, como esculturas, tratando de encontrar y proponer fórmulas y acciones que mantengan los objetivos de descolonización que les motivan, pero no supongan la destrucción del patrimonio. Parece que es posible la cordura, si se dialoga antes de derribar monumentos.
Los debates planteados, en el ámbito sevillano nos tocan muy lateralmente, porque la mayoría de nuestro patrimonio arqueológico, por ejemplo, uno de los campos de mayor protesta, está o ha sido desenterrado en Santiponce o en el Carambolo. Pero esa tensión entre descolonización y cultura me da pie a plantear un paralelismo entre colonizar y ocupar con usos no apropiados nuestro patrimonio. Y en ese sentido la Plaza de España de Sevilla se lleva la palma, convertida en un edificio de oficinas de la administración, con algunas excepciones. Como se diría en los debates sobre colonización antes mencionados, creo que hay que descolonizar el gran edificio de Aníbal González de todos los usos inadecuados y resignificar el monumento, acorde con su importancia arquitectónica y monumental, su historia, como gran icono de la Exposición de 1929 y de su realidad como edificio singular al máximo nivel europeo y lo que es muy importante, que los sevillanos lo sientan así en todo su significado, cultural y lúdico.
Muchas iniciativas y voces, como la Academia de Bellas Artes y destacados arquitectos y pintores, entre otros profesionales, están empezando a dar forma a la idea de que la Plaza de España, tanto la edificación como la explanada, tenga usos culturales en exclusiva. No se trata de hacer un ejercicio frívolo de, sin más reflexión, proponer ideas, con usos que sí y usos que no. Estudiemos y miremos a nuestro alrededor para aprender, por ejemplo, el palacio de Chaillot de París, construido para la Exposición Universal de 1937 en la antigua plaza del Trocadero, con dos grandes alas curvas, aloja tres grandes museos (el Museo de la Marina, el Museo del Hombre y el Museo de la Arquitectura) y el Teatro Nacional de Chaillot, renovado recientemente, que ahora incluye una escuela de teatro y tres salas de diferentes tamaños y además ha sido un gran lugar ceremonial en la reciente Olimpiada celebrada en la capital francesa.
Esa es la gran cuestión que corresponde a esta generación de sevillanos que, aunque solamente sea por la cronología, es decir, porque nos ha tocado vivir el próximo centenario de la exposición Iberoamericana, tenemos que conseguir que la Plaza de España, de una vez por todas, sea protegida y conservada en su integridad como el gran monumento que es y cómo el importante contenedor cultural de Sevilla que puede llegar a ser.
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