La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lluvia en Sevilla merece la fundación de una academia seria
Me lo dijo un conocido crítico gastronómico y experto en la plantación de cítricos: “para triunfar, la derecha siempre necesita un culo que oler y seguir”. El amigo es un señor muy fino y educado, pero la conversación era de barra y se atenía a sus buenos usos y costumbres. El culo se llamó unas veces Cánovas y otras Franco o Aznar. Ahora, los politólogos y otras gentes con altos estudios prefieren hablar de liderazgo. Culo o liderazgo, da igual, porque la derecha no tiene actualmente ninguna de las dos cosas. El gallego no termina de cuajar. Ha necesitado un deus ex machina que le solucione la papeleta de Vox, un partido al que no termina de cogerle la medida, entre otras cosas porque los de Abascal no dejan de moverse, aquejados de un terrible mal de San Vito táctico-ideológico. Es como hacerle un traje a un trapecista en plena jornada laboral.
Abascal ha decidido pensar a lo grande, en clave europea. Y de ahí la tragedia. ¿Qué hace un líder que apela al patriotismo español alineándose con Orban, el principal apoyo de Putin en la UE? ¿Habrá que recordarle el más que demostrado apoyo de los servicios secretos rusos a la intentona separatista catalana? Tenía abierta la senda Meloni, posibilista pero dentro de sus convicciones, aunque él ha decidido tomar la del maximalismo húngaro. Su postura ante la crisis de los menas es delirante. No porque quiera contener la imigración ilegal –algo que también hace el PSOE, a veces con el resultado de decenas de muertos–, sino porque deja entrever una falta absoluta de cintura a la hora de resolver problemas concretos y urgentes. Además –ya lo hemos apuntado– porque olvida la base católica de buena parte de su electorado, que siempre escuchará con respeto las palabras del Papa, aunque sea el mismísimo Francisco. El resultado final es desolador: Abascal ha quedado alineado y aislado junto a ERC y otros indepes en su negativa de ayudar a Canarias a solucionar un grave problema. ¿Qué tipo de patriotismo es ese? Y, para rematar, ha hecho saltar por los aires la estabilidad política de cinco autonomías, donde es necesario seguir avanzando en cuestiones importantes como desmontar las leyes de “mentiras históricas” o de “supremacismo lingüístico anticastellano”.
En fin, que parece claro que ni con Feijóo ni con Abascal la derecha ha encontrado el culo a seguir. Cuando aparezca se notará por signos claros, pero por ahora solo se ve mediocridad y voluntad de derrota.
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