La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lluvia en Sevilla merece la fundación de una academia seria
Juanma Moreno logró centrar el Debate sobre el Estado de la Comunidad en el agravio con Cataluña, casi sin oposición. Se habló mucho de la defensa de la igualdad de los españoles, pero poco de Andalucía. “¡Un parado andaluz no es menos que uno catalán!”, proclamó el líder del PP, en tono solemne. Moreno también llamó a la rebelión, aunque los andaluces por ahora prefieren seguir sentados, apurando los últimos caracoles, mientras organizan las vacaciones. Apenas queda una mesa libre en hora punta desde Ayamonte hasta Almería, desde que salimos del Covid. Todo a su tiempo. El presidente de la Junta, cuando sobre el papel tocaba defender la capacidad de su Gobierno para gestionar el día a día y perfilar el futuro, vio en la polémica con la financiación autonómica la excusa perfecta para desviar la atención. Chaves también repetía que no permitiría que seamos menos, ni más, que nadie, para salir del paso. De manual. Moreno terminó la consulta para tomarle el pulso a Andalucía sin un rasguño. Pero nadie supo explicar al final cómo es posible, por ejemplo, que cuanto más se invierte en sanidad, menos satisfacción se palpa entre los profesionales y usuarios. ¿Qué es lo que falla? Lo ignoramos porque no es posible reflexionar sobre el problema desde todos los puntos de vista, huyendo del sectarismo, bajo un ambiente parlamentario tan tenso.
Tampoco se adentró la sesión en los efectos nocivos del cambio climático. Llevamos una década en la que la aportación de agua más grande (cuando le da por llover) nos llega en primavera, luego en otoño y por último en invierno. La temperatura media fue de 17 grados en 2023, propia de un clima tropical. Las borrascas del Atlántico están siendo desplazadas por unas danas que descargan con más furia. Se aproximan huracanes con rachas de viento que tumban las palmeras. Las sequías son cada vez peores. Frente a esta realidad: ¿vamos a dotarnos de más recursos hídricos? ¿Seguiremos sembrando olivos en intensivo y aguacates como si no hubiese un mañana, sin una planificación seria? Es difícil adivinarlo porque se dialogó tanto del cambio climático como de las infraestructuras más urgentes para vertebrar la región o del salto industrial que ha de dar Andalucía en plena era digital: nada. El debate sobre la comunidad pasó de largo sin que se acordara ni una mínima estrategia para aprovechar el viento de cola de nuestra economía, a fin de encauzar con una gestión eficiente y más ágil los fondos europeos que nos caen del cielo. Contamos con más empresas y autónomos que nunca y las exportaciones al alza, pero ni de nuestras debilidades, ni de las fortalezas se discutió por derecho. Sí vimos el colmillo de Juanma exigiendo al Estado lo que nos debe machaconamente, con tanta vehemencia como los independentistas. Una reivindicación que a los andaluces nos suena, porque la comunidad siempre ha estado infrafinanciada.
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