La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
El 6 de febrero de 1926 Alfonso XIII “a propuesta del ministro de Trabajo, Comercio e Industria, y de acuerdo con mi Consejo de Ministros” firma un decreto cuyo primer artículo dice: “El día 7 de octubre de todos los años se conmemorará la fecha del natalicio del príncipe de las letras españolas, Miguel de Cervantes Saavedra, celebrando una fiesta dedicada al libro español”. Se dispone que se celebrará en todas las reales academias, universidades, institutos, escuelas especiales del Estado –“incluso las militares y las de la Armada”–, escuelas nacionales y privadas, cuarteles, buques y arsenales, establecimientos de beneficencia –“repartiendo libros entre quienes allí se hallan acogidos”– y penitenciarios. Y se obliga a todas las entidades y corporaciones que perciban subvención del Estado, diputaciones provinciales y ayuntamientos a crear bibliotecas populares y repartir en ese día libros en sus establecimientos de enseñanza o de beneficencia “entre los niños pobres”. La fecha, elegida por creerse la del nacimiento de Cervantes, fue trasladada por otro real decreto de 7 de septiembre de 1930 al 23 de abril, fecha de su muerte. El día del libro, por lo tanto, nació en España 70 años antes de que la Unesco lo instituyera y en curiosas circunstancias.
Nuestra historia es compleja. El decreto lo redactó el editor, escritor y traductor republicano Vicente Clavel Andrés, valenciano afincado en Barcelona que desde 1923 estaba empeñado en crear el día del libro español para “propulsar la cultura, rendir pleitesía a los genios de la raza, divulgar las concepciones de los escritores españoles y facilitar la expansión de la lengua y del alma hispánicas, para enaltecer la patria y agrandar y fortificar sus prestigios insuperados”. Alfonso XIII lo firmó durante la dictadura de Primo de Rivera a propuesta del ministro Eduardo Aunós, un catalán que, tras haber sido miembro de la Liga Regionalista y secretario de Cambó, se exilió en 1931 adscribiéndose primero a Renovación Española y posteriormente a Falange, ocupando tras la guerra importantes cargos en el Régimen. El cambio de fecha al 23 de abril se hizo en 1930 bajo la dictablanda de Berenguer, por lo que el primer día del libro se celebró el 23 de abril de 1931, 10 días después de la proclamación de la Segunda República, con Aunós y Alfonso XIII exiliados y Berenguer encarcelado. ¿Es compleja o no nuestra historia?
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