¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
Anoche me leí, de un tirón, uno de esos libros que te dejan estremecida. Acabé la ultima página, tras ella cerré la contraportada y un escalofrío recorrió mi piel. Estaba impactada tras haber podido conocer todos los detalles posibles sobre la terrible historia del doble crimen de Almonte. Era aquel caso, ocurrido una noche de abril de 2013, cuando un hombre, Miguel Ángel, se duchaba mientras su niña de ocho años lo esperaba en el salón para irse a cenar juntos un pizza. Era la Romería del Rocío. Un hombre entra en casa, sin violentar la puerta, apuñala a padre e hija con 151 cuchilladas. El periodista Javier Caraballo ha hecho en este difícil libro, El Crimen de Almonte. Cómo fabricar un asesino, que incluso a él llegó a resultarle tremendamente angustioso, un soberbio trabajo de investigación para tratar de aclarar los hechos. La historia llegó a su vida en el momento en el que se le acerca un hombre y le dice: "Mi primo es inocente". Es normal que cuando se te arrima alguien a decirte que quien está acusado de dos muertes violentas tú no lo creas. Porque si la Guardia Civil lo ha detenido, si la UCO está tras la investigación, en principio, no has de poner en duda todo ese trabajo de cuyo interés no debe ser otro que detener al asesino. Pero Javier se puso a estudiar el caso, a investigar todas las pruebas existentes, a contrastar unos indicios con otros, a hablar con aquellos que protagonizaban el caso, a ordenar los datos de manera concienzuda, y a ver la luz sobre esa espada de Damocles que cayó sobre un hombre que, según las pruebas existentes, no podía ser el asesino. Hay pruebas contundentes, llamadas de teléfono de testigos, vecinos, que escucharon gritos al otro lado de la pared. Y llamadas telefónicas del acusado que hace imposible que cometiera semejante atrocidad y luego regresara a su trabajo en unos seis minutos.
Cuando terminé el libro a mí también me sobrevenían dudas:¿cómo se puede acusar a un inocente de un doble crimen que no cometió?¿Era o no era él, el asesino?¿Por qué la ex mujer del asesinado, que era la pareja sentimental del acusado, dice que es el autor de los crímenes ?¿Por qué casi todos en Almonte saben, que quien estuvo en prisión tres años, es inocente?¿Por qué el asesino tumbó a la niña, cuando ésta yacía ya muerta, desangrada, sobre su cama? ¿Quién y por qué mataron a Miguel Ángel y a su hija de 8 años? La cuestión es que después de la lectura de este libro formidable, basado en este terrible hecho real, y arduamente contrastado es: ¿dónde está el asesino?
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