La conquista (televisiva) del Oeste

Leo en Fórmula TV, el portal de internet sobre la televisión y sus audiencias: “El cine western de TRECE se corona como líder… El espacio más visto del día es para el canal de la Conferencia Episcopal, que registra un estupendo 3,8% de cuota de pantalla y 350.000 espectadores con la emisión de cine western, gracias al largometraje El rostro del fugitivo”. Se refiere al excelente western de Paul Wendkos interpretado en 1959 por Fred MacMurray, Lin McCarthy, Dorothy Green y James Coburn, y segundo largometraje, tras su debut con otro western, Black Patch, compuesto por el gran Jerry Goldsmith que después nos regalaría en este género las extraordinarias Los valientes andan solos, Hacia los grandes horizontes, Río Conchos, Los 100 rifles, La hora de las pistolas, Bandolero!, La balada de Cable Hogue, Dos hombres contra el Oeste y Río Lobo, tercer y último de los tres ríos de Hawks.

También TVE emite películas del Oeste en Mañanas de cine y Canal Sur en la sobremesa del sábado, pero en abierto y a diario es TRECE quien mantiene vivo día tras día el género más americano –por delante del negro y el musical– del cine americano. Como un cine de barrio traído a casa, TRECE emite algunos de los grandes títulos reconocidos, pero sobre todo muchísimos de serie B que nos descubren tesoros olvidados o desconocidos rodados en las dos décadas de oro del género, los años 40 y 50. El western es un género muerto en lo que a la producción de nuevos títulos en continuidad se refiere. Agonizó en los años 60 ofreciendo unos hermosos últimos destellos crepusculares, los italianos –con el genial Sergio Leone al frente– oficiaron su manierista y punto gamberro funeral y a partir de los años 70 solo Clint Eastwood –descubrimiento de Leone, por cierto– lo cultivó con heroica constancia cuando se convirtió en director, desde Infierno de cobardes en 1973 hasta Sin perdón, su obra cumbre, en 1992.

Pero, al igual que otros géneros muertos, como el poema épico, el cantar de gesta o las novelas de caballería con los que tanta relación guarda, es también un género vivo en lo que se refiere al disfrute de sus grandes títulos, muchos de los cuales se cuentan entre las mejores películas de la historia del cine, y de la ingente producción de serie B artesanal abundante en títulos valiosos. Y tiene su público fiel, como demuestran los buenos resultados de TRECE emitiéndolo a diario.