Cincuenta años de una feliz aparición

Cuando la actualidad se mueve entre unas expectativas de tono medio no hay otra salida que recurrir al pasado, sobre todo si ese pasado tiene carácter de efeméride. Y quién puede poner en duda que recordar que se cumple el medio siglo de la llegada a Sevilla de un futbolista único merece muy mucho la pena. Se trata de recordar que en el verano de 1974 llegó a nuestra ciudad un muchachito de Valladolid llamado Julio Cardeñosa.

Nunca se hubiera imaginado nadie que ese futbolista encerrase tanto en tan poco continente. Le pusieron de sobrenombre El Flaco y por eso su estancia en Valladolid se había alargado hasta que José María de la Concha apostó por él contradiciendo la opinión de expertos como Ladislao Kubala y Ferenc Szusza. Luego, ambos se darían cuenta del error, el primero lo haría internacional y el segundo lo convertiría en piedra angular del Betis que andaba construyendo.

Tuvo que emplearse a fondo De la Concha para que Szusza entrase por el aro. En realidad, el húngaro no era partidario del futbolista sin envergadura y de hecho ya el año anterior había costado convencerlo de las bondades de un tal José Ramón Esnaola. El vasco era bajito para las preferencias de Szusza y un año después se repetía la historia con nuestro hombre, con ese Cardeñosa que pronto adquiriría la etiqueta de futbolista total que servía para todas las aventuras.

Cincuenta años se cumplen de la aparición de Julio en Heliópolis y lo hacía en el partido de homenaje a Rogelio, su antecesor en la tarea de mover los muñecos rayados en verde, blanco y verde. Once años se llevaría Julio vistiendo la camiseta del Betis y en ello tuvo mucho que ver la vigencia del derecho de retención, pues con el Betis en Segunda y él revalorizado en el Mundial del 78 hubiera sido imposible resistir los embates del Barça. Cincuenta años de aquello, qué futbolista...