Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Sevilla/El alcalde no luce finalmene el chaqué desestructurado que todos estábamos esperando. ¡Por fin nos hemos enterado del secreto mejor guardado del equipo de protocolo del Ayuntamiento! ¿Dónde se ha comprado Antonio Muñoz, Varoufakis del Alameda de Hércules, los tiros largos que estrenó en el pregón de Julio Cuesta, llevó en la Hiniesta y volverá a lucir en los oficios de la Catedral? Pues es la muy sevillana calle José Gestoso, donde hay comercios lar mar de buenos. A Muñoz le han cortado el chaqué en Trimber. En esa calle donde ya no hay tienda de la especias para que Manuel Palomino compre la vainilla del incienso del Silencio, pero donde sí está Cuadrado, donde muchos sevillanos compran calzoncillos, calcetines y todas esas prendas que hay que llevar en perfecto estado de revista.
Mi alcalde lleva un chaqué de José Gestoso, pura sevillanía. Como ya lo llevaba el teniente Cabrera desde hace años, ojo. Por cierto, a Cabrera le dan por la calle la enhorabuena “por lo suyo” en el Teatro de la Maestranza, como si hubiera pronunciado el mismísimo pregón. Prepárense para el año que viene, que es el último de mandato, porque puede ser memorable. Cabrera le ha cogido el gusto al atril como aquel célebre edil socialista, Manuel Fernández Floranes, que bordaba las presentaciones y después salía de costalero en San Esteban. Pues a lo que íbamos:que nuestro alcalde no se ha ido a firmas de diseño, de trajes de etiquetas modernitos o con concesiones raras a la galería. Serio, sencillo y elegante. El hombre se está dando “una pechá” de trabajar, en expresión que solía usar el cura Chamizo cuando bajaba de la Oficina del Defensor del Pueblo a tomarse el refresco en El Cairo. La pechá de Muñoz es un curso acelerado en religiosidad popular que incluye momentos especiales de gran intimismo que para su esfera personal se quedan, ¿verdad, alcalde?
A la Sevilla conservadora siempre le han encantado los alcaldes y delegados de Fiestas Mayores de izquierdas, pero entregados a la causa de las cofradías. Conocemos algunos apellidos de rancio abolengo de Los Remedios que en una urna echaron la papeleta de Vox y en la otra “la de Juan Espadas”. Tal cual. Dicen que Muñoz, además, cae bien porque se parece mucho al capiller del Gran Poder, Miguel, el hombre que vive día a día junto al Señor y se desvive por la basílica. ¡Los hay que empiezan con suerte! Y no será porque el senador Sanz, candidato del PP a la Alcaldía, no se esté trabajando las visitas a las hermandades, mundillo al que pertenece desde muy chico y que lleva en la sangre. De momento, el amuleto del alcalde socialista es el chaqué... de la calle José Gestoso. Apúntenlo. Todo alcalde tiene su símbolo.
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