¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Capitanía y los “contenedores culturales”
La tribuna económica
LA convocatoria de 22 días de huelga por la privatización de Aena es un golpe mortal al turismo. Como los controladores en Navidad, ahora se eligen las fechas clave de la temporada, la Semana Santa y el verano, lo que significa derribar de un plumazo el esfuerzo de los que han sido capaces de aguantar el chaparrón de la crisis, confiando en que este año podrían ver la luz al final de un túnel que estos hipócritas "adalides del interés público" han decidido volver a cegar. La diferencia con los controladores es que ahora se hace con suficiente anticipación como para que sus víctimas directas no se limiten al sufrido turista, sino que también alcance de lleno al conjunto del sector turístico, al que de repente se le cierran sus expectativas de contratación para la temporada alta y se le comienzan a acumular las cancelaciones. Hoteles, agencias de viaje y transportistas tendrán que comenzar a devolver anticipos y algunas indemnizaciones. También se verán afectados los restaurantes, el comercio, los centros de ocio, etc, es decir, sus víctimas indirectas, que son las responsables de que el impacto del turismo en la economía sea aproximadamente el doble que el gasto en hoteles, agencias y transporte. Todavía más grave, sin embargo, es que se eche por tierra el tremendo esfuerzo realizado en los últimos años para recuperar a operadores que se han alejado en los últimos años de Andalucía, o para atraer a otros nuevos, que es precisamente en lo que consiste la estrategia de promoción que lleva el Consejero Alonso a la ITB (la feria internacional de turismo de Berlín), que se celebra estos días.
Lo peor de todo, sin embargo, es que la convocatoria de esta huelga puede desactivar definitivamente la más esperanzadora de las oportunidades de recuperación económica que existe en estos momentos y que descansa en las favorables expectativas económicas para las economías del centro y norte de Europa. Si alguna posibilidad existe de que la economía andaluza o española alcance una tasa de crecimiento superior al 1% durante el segundo semestre de 2011 está en el tirón de los ingresos por turismo y por exportaciones, así que no hay más remedio que preguntarse por las poderosas razones que han podido llevar a los trabajadores de Aena a lanzar tamaño órdago al sector. Sorprendentemente no hay despidos ni amenazas de que los pueda haber. Tampoco se recortan derechos laborales ni se reducen sueldos. La razón fundamental de la protesta es que no aceptan que el capital privado entre el 49% del capital de la nueva empresa Aena Aeropuertos, que participe en la gestión de Barajas y el Prat y que se establezcan categorías de aeropuertos. Como es habitual, también denuncian la escasa voluntad negociadora del Ministerio, alegando, en el colmo del cinismo, que la responsabilidad del perjuicio al ciudadano habrá que reclamársela al Ministro Blanco. En definitiva, una nueva edición del característico chantaje vacacional cuya catadura ética sólo es comparable al chantaje navideño de los controladores y que el Gobierno tiene la obligación ineludible de desactivar urgentemente y sin pisotear la dignidad de los contribuyentes.
También te puede interesar
Lo último