La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
En su día tuvo el aval de los grandes poderes de la izquierda española y por su despacho en San Telmo desfilaron los banqueros y los altos mandos de las empresas del Íbex 35. También fue saludada como una dirigente con capacidad para aspirar a la Moncloa y un perfil institucional sólido frente a la amenaza de Pedro Sánchez. Todo eso no ocurrió hace tanto tiempo. Pero la política camorrista y sobreactuada que sufrimos acelera el envejecimiento desde el punto de vista mediático, orilla los personajes y data en el siglo pasado cuanto sucedió realmente hace cinco o seis años. No más. Ha hablado la senadora Susana Díaz sobre el mal estado del PSOE andaluz y todo ha tenido un barniz vintage, pese a que fue presidenta de la Junta de Andalucía hasta que el resultado de las elecciones de diciembre de 2108 posibilitó la ansiada alternancia en el Gobierno andaluz y a que dirigió el partido hasta el congreso celebrado en Torremolimos en noviembre de 2021.
"Me sacaron por una ventana, lo pasé muy mal y tardé en recuperarme", confesó ayer la ex presidenta en uno de los programas a los que acude para mantener la cuota de presencia en los medios. Pocas como ella conocen el partido. O lo que queda de partido. Siempre ha tenido pasión por todo lo orgánico, por eso sabe que es el momento de echar un poquito de sal en la herida de un PSOE andaluz sin norte, sediento de de poder y varado. Los kilómetros recorridos por Andalucía para visitar las sedes y Casas del Pueblo han sido miles y miles como buena turronera. El presidente del Gobierno es catedrático en Habilidad pero sufre un calvario al tener que negociar todo con una maraña de partidos, se ha enfrentado a los jueces y a los medios, se ha convertido en enemigo de Israel, asistimos al número de la cabra con Argentina y tiene un problema judicial en su casa. Susana mete el dedo en un momento crítico y cuando empieza la campaña de las europeas: "Para lo que viene por delante, si queremos levantar cabeza, el PSOE tiene que ser acogedor y abrir las puertas a mucha gente de mucha sensibilidad que en estos momentos no se sienten parte del proyecto y que tiene mucho que aportar en Andalucía. Tenemos que volver a levantar el vuelo". Susana existe, sigue activa y se ve que tiene ganas. Solo echamos en falta su vocativo preferido: "¡Canijo! ¿Cuándo vamos a tomar café?". Ella ya se ha puesto a servir el café. De elaboración propia. No ha dejado de acariciar el gato en las noches electorales en las que el PSOE andaluz aumentaba su debilidad.
También te puede interesar