Camarón y los jóvenes

Hablando con el sabio Enrique Montiel, el escritor y poeta de San Fernando, entre otras muchas cosas biógrafo de Camarón, decidí que había que seguir haciendo amigos. Desmentir que no fue Camarón quien primero llevó a los jóvenes al flamenco, como se suele insistir machaconamente. Acercó a los jóvenes de su tiempo, esto es indudable, quizá más que nadie, pero don Antonio Chacón, la Niña de los Peines, Marchena y Caracol llenaron de jóvenes las plazas de toros de España. Incluso el Negro Aquilino, el guiri negro del prodigioso saxofón flamenco. ¿O es que alguien se ha creído que a los festivales de la Ópera Flamenca iban solo los viejos y las viejas? Lo que ocurre es que si miras fotografías de festivales de hace ochenta años ves a jóvenes con gorra y mostacho que parecían de mediana edad. Los jóvenes andaluces fueron siempre al cante. Fosforito el de Cádiz contó cómo él y Chacón, de adolescentes, se metían en todos los locales donde cantaba Silverio. O sea, en los de hace siglo y medio. Hablé mucho de esto con Antonio el Sevillano, Manolo Fregenal o Enrique Orozco, que eran artistas en los años treinta del pasado siglo y me aseguraban que las plazas de toros se llenaban de jóvenes para no perderse al Niño de Marchena o Manolo Caracol.

El cante jondo nunca fue un arte de ancianos. ¿Saben la edad que tenía Lorca cuando daba ya conferencias de cante? Poco más de veinte años. Y sabía ya de los duendes morenos más que Juan Breva. Se llevaba una gramola para ilustrar sus charlas con discos de pizarra de Manuel Torres, Chacón, Pastora y su hermano Tomás. Con los camaroneros pasa como con los mairenistas: que para engrandecer a sus ídolos inventan bulos como este de los jóvenes o lo de la manida dignificación. Me fastidia cuando escucho decir que Morente “modernizó el cante”. Cuando cantaban Chacón y Pastora, con veinte años, ¿no lo modernizaron? Modernizar, verbo transitivo que significa hacer que alguien o algo pase a ser moderno. Pues según los camaroneros y morentistas, el cante actual es moderno gracias a Morente y Camarón. ¡Con lo moderna que es una malagueña de El Mellizo o una soleá de Frijones! Ayer mismo escuché decir a alguien en la radio que “Poveda ha recuperado el cante”. ¿Se había perdido, acaso? Como vivo en el campo con los animales no me había enterado. A ver, doña Patricia del Pozo: patrocine unos cursos de flamencología básica dirigidos por el Niño de Elche o Israel Galván porque vamos para atrás. Que su señor padre, don Jaime del Pozo, tiene casi un siglo y es más moderno que los camaroneros.