¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Maneras de vivir la Navidad
Contemplando estupefacto el circo montado en torno a la destrucción de las armas que otros requisaron, viendo cómo ninguno de sus antecesores aceptó la invitación de asistir al engendro, el día a día que padecemos es un auténtico descalzaperros sin sentido alguno.
Cada día, un esperpento que deja en nada al del día anterior, con un repertorio de cortinas de humo que nos hacen confirmar que nos toman por tontos nuestros administradores.
Paralelamente, la pandemia ha levantado un tanto el pie del acelerador y ello conlleva que el mando considere oportuno dar unas horas más de recreo. Lo que ayer era malo, hoy lo es menos y mañana quién sabe, pero es lo que nos ha tocado vivir mientras la Pantoja respira porque el foco mediático se centra ahora en esas hijas del emérito que se vacunaron sin tener por qué. Eso dicen y seguimos para bingo, que no decaiga.
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