Antonio Montero Alcaide

Caballos y González

27 de septiembre 2024 - 03:08

Hace ahora quince años, una política española atribuyó el carácter de conjunción planetaria a la coincidencia de los gobiernos de Obama y Zapatero, a una y otra orilla del charco. En el año 2016 se verificó, esta sí, una conjunción de excelencia cuando Antonio Caballos Rufino fue recibido como académico numerario de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y Manuel González Jiménez hizo el discurso de contestación. Uno y otro son muy distinguidos catedráticos de la Universidad de Sevilla: Antonio Caballos, de Historia Antigua, y Manuel González, de Historia Medieval. Bien cultivado vínculo académico, pero no es el único que mantienen ambos, ya que asimismo comparten filiación carmonense: Manuel González, nacido en Carmona, y Antonio Caballos con directos vínculos familiares en esa ciudad. Uno y otro, además, han compartido la organización de los Congresos de Historia de Carmona y la muy cuidada edición de sus actas, desde 1999 hasta la actualidad; así como el desarrollo, desde el año 2006, de los Ciclos de Conferencias Magistrales sobre esa misma ciudad. Sucedió Caballos Rufino, en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, al no menos excelso Francisco Morales, y tituló su discurso de ingreso Avgvstvs Pater Hispalensivm. Los orígenes institucionales de la Sevilla romana entre la República y el Imperio, con una esmerada edición de este texto de recepción, junto al discurso de contestación, por Manuel González, realizada por la propia Real Academia Sevillana.

Recuerda el profesor Caballos en su discurso que Francisco de Zapata y Cisneros, primer Conde de Barajas, asistente de Sevilla, mando desecar, en 1574, por orden de Felipe II y disposiciones de la Corte, la laguna de la Feria, a fin de urbanizarla y poblarla de álamos, razón por la que desde entonces se la conoce como Alameda de Hércules, el primer espacio ajardinado de disfrute público en España. Para ensalzar los mitos fundacionales de la ciudad, se erigió el pórtico de la Alameda con dos estatuas, de Hércules y de Julio César, obras de Diego de Pesquera. Mito el de la fundación de Sevilla por Hércules, y especialmente considerada por Caballos Rufino la actuación de Julio César, que castigó a la ciudad, por su adhesión a Pompeyo, con una refundación de Híspalis para convertirla en la colonia nombrada Colonia Iulia Romula, aunque propiamente fuera Colonia Romula. Los anteriores legítimos pobladores quedaron, así, desposeídos de su derecho de ciudadanía, que se otorgó a los nuevos colonos partidarios de César.

Si se tiene en cuenta que Manuel González es muy destacado experto en el reinado de Fernando III, qué bien resulta el vínculo con la Historia Antigua, de Antonio Caballos, en esta antiquísima letrilla popular: “Hércules me edificó, / Julio César me cercó / de muros y torres altas, / el Rey Santo me ganó, con Garci Pérez de Vargas”.

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