Se busca interventora dócil en Sevilla

La aldaba

Nace la asociación apócrifa en apoyo de altos funcionarios municipales que son fieles a los principios de legalidad

La 'mafia' conocida y consentida

Lucecitas de Navidad todo el año

La interventora del Ayuntamiento de Sevilla.
La interventora del Ayuntamiento de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

16 de enero 2025 - 04:00

La que ha liado la interventora del Ayuntamiento de Sevilla por hacer su trabajo, honrar su puesto, velar por la legalidad y proclamar alto y claro los chanchulletes y marrullerías administrativas del gobierno de la Plaza Nueva, el que retira la mitad de la dotación económica de un buen número de puestos de trabajo no cubiertos, pero que tampoco amortiza, para desviar esas partidas presupuestarias y cubrir necesidades como la ingente cantidad de horas extras de la Policía Local. ¿No sería mejor hacer bien los presupuestos desde el principio? Ah, claro eso sería planificar, gestionar y trabajar. ¿No sería mejor suprimir puestos y hacer una relación acorde con las necesidades reales de una ciudad sumida en los excesos y en el turismo de masas? Ah, no. Eso sería gobernar. Ocurre como con la Plaza Nueva, en la que los pintores han entrado antes que los albañiles. Ha ocurrido con la instalación de las luces de Navidad que se pusieron en San Jacinto y que hubo que retitarlas primero por la Magna y después por la cabalgata. ¡Un premio a la eficiciencia municipal! Estamos a dos minutos de que Oseluí busque un segundo interventor para orillar a doña Sara Hernández Ibabe, la que le ha cantado las verdades en el informe oficial del que Manuel Ruesga nos informaba ayer con toda precisión. El que molesta en la Plaza Nueva es cesado, orillado, apartado, se le retira el saludo, se le mira con frialdad, o se le observa inexplicablemente por encima del hombro en un irrisorio estilo de la derecha del sigo XIX o de casino franquista.

El Ayuntamiento de Sevilla es como el sanchismo; vemos cosas que no se veían nuncan. La gente se va, como el director de Movilidad; se trae a un secretario segundo para orillar al primero, una de las figuras más prestigiosas del Derecho Administrativo en Andalucía, de la mejor escuela de don Manuel Clavero; se hacen fichajes absolutamente escandalosos que se comentan cobardonamente en privado porque Sevilla es la ciudad del silencio donde casi nadie quiere pagar el precio de pregonar las verdades, salvo que sean ripios sonrojantes. La Plaza Nueva es el escenario de un juego de tronos en versión cutre que preocupa gravemente por todo lo que está... en juego. Por fortuna hay una interventora libre que a partir de ahora habría que proteger como a los linces de Doñana. Viejo anhelo de muchos gobernantes es controlarlo todo, pero solo los mediocres no se molestan en aparentar. En breve veremos en el Cambalache la oferta de empleo. Se busca interventor dócil, con ganas de ser agasajado en la Feria que ni sabemos cuándo empieza a estas alturas (¡qué desastre!), que nunca se interese por el destino real de los fondos asignados al grupo político en el gobierno (huy, huy, huy) y que acepte un equipo de cuatro o cinco colocados para cumplir con los intereses de agentes externos. Tiene usted todo nuestro respeto, señora interventora. Que solo le mueva siempre la defensa de la legalidad, único cauce que conduce al respeto y desde el que se obtiene el barniz del prestigio. Los alcaldes pasan, solo el prestigio permanece.

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