La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Minerva, la diosa del gobierno local
Empecé a visitar el Museo de Bellas Artes de Sevilla desde muy jovencita. Mis padres me daban dinero para el bus y me pasaba allí muchos ratos. De haber tenido que pagar no habría podido ir”. Este es un tuit de La Carmen, sevillana del Parque Alcosa, que reflexiona sobre esto de que van cobrarnos (6 euritos de vellón) la entrada al Museo. Y es que no somos multitud, pero tampoco cuatro gatos, las gentes de Sevilla que hasta ahora, a menudo nos pasábamos por el Museo buscando el remanso del arte en alguna sala, “no en todas, ya vendré otro día, que es un delirio verse esta pinacoteca de un sopetón...”. Una mañana de domingo por Bacarisas es una alegría. No somos pocas las personas que hemos podido acceder a los libros, al arte, a la cultura porque tuvimos bibliotecas públicas que nos dieron de leer; ciclos y programas de acceso libre, y enclaves patrimoniales abiertos. Todo esto, que se dice que es gratis, no lo es. Es el empeño de una sociedad democrática por llegar a serlo cada vez más. Y si no hay más gente disfrutando de la cultura (que hayla, pregunten en la biblioteca de cualquier distrito) es por falta de mayores acicates. ¡Qué ocasión perdida, cuando salimos del encierro del Covid pero aún no se podía recibir a turistas, para haber fomentado que los habitantes de cada sitio conociéramos a tope nuestra propia ciudad! En vez de La noche en blanco, hubieran sido Los días inolvidables. ¿Se imaginan? Gentes de todos los barrios descubriendo con orgullo las cubiertas de la Catedral o el subsuelo de El Salvador, recorriendo en silencio solitarias salas del Alcázar, conmoviéndose en el Museo…
Leo en este su Diario la explicación del consejero de Cultura: “Cobrar una entrada sería bueno por diferentes motivos, entre ellos porque lo que no cuesta no se valora”. Estirando este argumento, cabría cobrar por educar a las niñas y niños andaluces o por operar de la vesícula a quien lo necesite... Lo que con ello valoraríamos, más si cabe y sobre todo quienes vivimos por nuestras manos, es lo importante que ha sido la lucha de nuestros mayores por lograr un Estado social y democrático, y lo fundamental que resulta no dar ni un paso atrás.
En contraste con otros programas de la Junta que promueven el acceso a la cultura, pronto nos cobrarán la entrada al Museo, como suele decirse vulgarmente, “¡por el artículo 33!”. Mas traigo aquí el único artículo 33 en el que creo, el de nuestro actual Estatuto de Autonomía: “Todas las personas tienen derecho, en condiciones de igualdad, al acceso a la cultura, al disfrute de los bienes patrimoniales, artísticos y paisajísticos de Andalucía”. Se me ocurren mejores iniciativas para sostener los museos que este copago que desalienta a quien desea abrirse al arte, sea cual sea su bolsillo y barrio. ¿A ustedes también?
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