El arte del doble lenguaje

19 de enero 2025 - 03:13

Un amigo que está en la inopia me dice que, si la feria recupera su duración de la noche del lunes al domingo, podría plantearse lo mismo con la Semana Santa, recuperando la que iba del Domingo de Ramos al Sábado Santo. Incluidas las de vísperas, que seguirían saliendo por sus barrios. Tanto las que por su ubicación nunca podrán hacer estación a la catedral como las que esperan hacerlo algún día. El caso de las primeras parece claro. Si la distancia que las separa del centro hace imposible que se sumen a la nómina de las que hacen la carrera oficial, ¿qué les impide salir cualquier día entre el Domingo de Ramos y el Sábado Santo? ¿Que tendrían menos público? ¿Qué la cecopmanía, tan obsesionada con vallas y aforamientos, capaz de mandar una cofradía que regresa a los Terceros por los jardines de Murillo, pondría el grito en el cielo?

No le falta algo de razón a este despistado amigo. Con todo respeto a la encomiable función vertebradora, asistencial y evangelizadora que estas hermandades realizan, es un hecho que la permanencia de algunas en las vísperas es un purgatorio del que, a causa de la distancia, nunca ascenderán a la gloria popular de entrar en Campana y a la obligación religiosa de hacer estación a la catedral. Hay pueblos que están más cerca del centro que algunas de estas hermandades y en ellos las cofradías salen en los días de la Semana Santa. En cuanto a las que esperan incorporarse algún día a la nómina porque la distancia de sus templos al centro lo permitiría, lo impide la saturación de cofradías con cortejos cada vez más largos, recorridos cada vez más absurdos impuestos por la cecopmanía y la negativa de las que componen la nómina de cada día a estrujarse todavía más.

Cosa curiosa esta última porque el aprecio que muestra el discurso oficial capillita por la labor que estas hermandades realizan en sus barrios choca frontalmente con su negativa a que las que pueden llegar al centro lo hagan, para no saturar más lo ya tan saturado, y sobre todo con su negativa a la equiparación económica de las cofradías de vísperas con las que pasan por la carrera oficial: de los 69 hermanos mayores que votaron el pasado septiembre sobre esta cuestión, 50 lo hicieron en contra, 5 en blanco y solo 14 a favor. ¡Viva las vísperas, pero que no me toquen el bolsillo! El doble lenguaje es un arte que los cofrades dominan a la perfección.

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