
Monticello
Víctor J. Vázquez
Una pérdida de tiempo
A Fernando Amores no hay que presentarlo. Es un pata negra de la arqueología sevillana. Sabe de lo suyo más que nadie y, cuando hace falta, usa el verbo como un florete. Pura ironía en acción. Ayer lo reencontré en el aula de grados de la Facultad de Historia. Habíamos ido al seminario organizado por Enrique García Vargas y Álvaro Corrales Álvarez para perorar sobre la accesibilidad y promoción del patrimonio romano en la ciudad. A Fernando Amores le tocó un tema que conoce muy de cerca: Hispalis y el Antiqvarivm: luces y sombras de un reto patrimonial para Sevilla. El arqueólogo fue el autor intelectual del proyecto museográfico que, en 2010 y gracias al Plan E de Zapatero (al César, lo que es del César), convirtió los bajos de las Setas en una gran cripta arqueológica en la que podemos recorrer doce siglos de historia de Sevilla, desde el I hasta el XIII. La gran virtud del Antiqvarivm es que nos recuerda que Hispalis existió y fue algo más que las columnas de la calle Mármoles. Fue una ciudad vibrante y dinámica, con un puerto de primer orden en el imperio romano, con sus alfares, sus tabernas, sus tiendas, sus casas... Si hoy tenemos a los armaos y a los pilatos sobre los pasos se debe a esa Hispalis cotidiana que podemos recorrer en el Antiqvarivm. Y, sin embargo, este museo es hoy una de las cenicientas de la política cultural del Ayuntamiento. Lo fue desde muy poco después de su inauguración. Por lo pronto, es un proyecto incompleto, como recordó ayer Fernando Amores. Nunca se culminó lo acordado y de los 45 mosaicos encontrados en las excavaciones del gran solar de la Encarnación hoy solo se pueden ver “cinco y medio”. En esto, en lo del abandono del Antiqvarivm, sí hay acuerdo entre el PP y el PSOE. También en otras cosas, como en el desprecio al mercado de la Puerta de la Carne, que todo no va a ser polarización. Para ser justos, Amores salvó de la quema a dos personajes que hicieron lo posible por el Antiqvarivm: Manuel Marchena, por la bancada socialista, y Benito Navarrete, por la popular. “Pero la cripta siempre depende de iniciativas individuales y del voluntarismo. Y es una pena, porque podría ser la mejor cripta arqueológica de España”, recordó.
No es solo una cuestión de mosaicos. Se habló de problemas de mantenimiento, de la necesidad de reconstruir calles, de retomar la Casa de la Noria... Esta Sevilla que está todo el día recordando su romanidad debería volver a tomarse en serio el Antiqvarivm, pero alguien debió decidir hace tiempo que no era rentable políticamente. Vaya usted a saber por qué.
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