La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Los calentitos son economía productiva en Sevilla
El catalejo
El Gobierno aprobó esta semana, tres años después de que se declarase la pandemia del coronavirus, el fin del uso obligatorio de las mascarillas en las farmacias y los centros médicos, uno de los últimos signos externos que nos quedaba del maldito virus que tantas vidas se ha cobrado. No conviene, en cualquier caso, bajar la guardia en lo que se refiere a la salud. Y no ya por el riesgo de nuevas pandemias. Este mismo año, sin ir más lejos, han fallecido más sevillanos que en lo más crudo del Covid y este dato basta para indicarnos que no podemos bajar la guardia.
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