Una alcaldesa en su sitio

La aldaba

Si hay que esperar de pie a que llegue el ministro para defender a la ciudad, se hace. Si hay que estar en la conferencia, se está

Feijóo evita el dóberman

Después del sanchismo, la necesaria regeneración

Pilar Miranda, alcaldesa de Huelva
Pilar Miranda, alcaldesa de Huelva / M. G.

01 de febrero 2025 - 04:00

Llegó el ministro mostrenco a la Casa Colón de Huelva y se encontró con una alcaldesa que lo paró en seco para reclamarle una entrevista para tratar sobre las infraestructuras de una ciudad mal comunicada con la capital por un tren deficiente y una autovía superpoblada. Dice el alcalde Madrid con razón que los alcaldes no están a pie de calle, sino a tiro de bofetada. Pues ayer vimos a una alcaldesa que puso la cara por su ciudad y salió... fortalecida. En los cargos hay que estar para quemarse, como siempre defiende al andalucista Rojas-Marcos, que ahora frecuenta con éxito la curia de San Telmo y hace las veces de gentilhombre del presidente Moreno. Hace bien Pilar Miranda en quemarse por su ciudad, con seriedad y contundencia, sin almíbar y con determinación, esperando a un ministro en la puerta cuantas veces sea necesario. Se equivocan esos alcaldes que consideran que hacer eso es quitarse importancia. Todo lo contrario. No hay forma de darse más importancia que ponerse del lado de los vecinos. Y muchos sevillanos agradecemos que la alcaldesa de Huelva luche por un tren de Alta Velocidad que interesa a Huelva... y a Sevilla. La alcaldesa ha actuado como la primera vecina de la ciudad, a portagayola si era necesaria, que lo ha sido. Con la cara por delante, sin tuits ni monsergas.

De frente tal que así: “Buenos días, señor ministro, bienvenido a Huelva, a la Casa Colón que es un espacio municipal. Usted me va a comprender. Ha sido alcalde antes que ministro. Necesito que me reciba para ver los detalles, plazos y presupuestos del AVE para Huelva. Huelva vive un momento importantísimo y para nosotros las infraestructuras son importantísimas. Me gustaría que me recibiera con el presidente de la Diputación, con las administraciones, con los agentes sociales y económicos y con los empresarios porque estoy segura de que entre todos podemos conseguir que el AVE sea una realidad lo antes posible”. Y Puente despachó la cosa con un “perfecto” y comenzó la letanía de saludos. Una palabra y se najó por la tangente. Le faltó decir en voz baja:“Pasamos que esta no es de las nuestras”. Cómo está la política española que hay alcaldesas que se tienen que fajar para que las oiga un ministro que mañana puede dejar de serlo por la gracia del dedo del César (minúsculo). Y la alcaldesa se quedó además a atender a la intervención del ministro en el encuentro organizado por la Cadena SER. No se ausentó. Sentido institucional se llama. Una alcaldesa en su sitio. Nada está por encima de su ciudad, ni siquiera ella misma, ni siquiera sus simpatías o antipatías. No hay memoria resentida ni pequeñeces cuando se defiende a los vecinos.

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