La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lluvia en Sevilla merece la fundación de una academia seria
Coetáneos y vecinos de nacimiento, Juan era diputado de mi tramo cuando debuté en las Siete Palabras, además de compartir varias preferencias en común. Se esperaba este adiós, pero el dolor es inevitable y cuando esta mañana se ponga de cuerpo presente ante la Virgen de la Cabeza se nos encogerán los adentros. Juan Miguel Salas Tornero fue un inigualable amigo de sus amigos, con la generosidad como carta de naturaleza. También su vida estuvo signada por un carácter emprendedor y por la forma en que supo regenerar instituciones que dejaron de ser verticales. Hermano de un sinfín de cofradías aglutinadas en su amor a la de las Siete Palabras, el Betis era su horizonte en el epílogo de una vida tan rica en creatividad y bonhomía. Y hoy doblará a muerto en San Vicente, su parroquia, su casa...
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