La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Había trazado su universo en El Manijero, pero fue un ciudadano del mundo que se movió en las más altas instancias y en sus baladas flamencas te miraba fijamente y metía tu nombre por las entretelas de la letra. Tomás Azpiazu, orondo y buenísima persona, era la estrella principal en el elenco de Lele Colunga en el Rocío y en la Feria, en la fiesta y en la amistad. Su parecido con el gran tenor de Módena propició el apodo de Pavarotti que le acompañó en las maduras y en las muy duras de un ocaso que el cáncer precipitó como con prisas. Su corazón latía a tono con su corpulencia, de ahí que su presencia en los festejos benéficos se diese por segura. Lo mismo era requerido por Khashoggi que por Jean Marie Rossi a petición de Carmen, su mujer. Se mataba por la fe baratillera y no partía peras con quien osara cuestionar al Betis. Descanse en paz un buen amigo.
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