Monticello
Víctor J. Vázquez
El auxilio de los fantasmas
EL Congreso rechazó el martes y por primera vez en seis años una iniciativa legislativa del PSOE, la relativa al proxenetismo, como prólogo a lo sucedido horas después, cuando tumbó el proyecto de ley del suelo con la contribución de uno de sus integrantes, Sumar. La dejó pasar en el Consejo de Ministros para emboscarla en la Carrera de San Jerónimo. Soledad macondiana socialista, la campaña de las elecciones europeas ha comenzado y ya se verá si lo que anticipa es el adelanto de las generales para después del verano. Tampoco hay masa crítica para aprobar unos presupuestos del Estado, seguimos con los prorrogados de 2023.
Las europeas no son determinantes, influyen pero lo decisivo ahora es la formación del Gobierno en Cataluña, porque si Salvador Illa no consigue ser investido presidente de la Generalitat, al mago Sánchez se le podría ocurrir adelantar las generales y hacerlas coincidir con las catalanas si éstas se deben repetir. La amenaza se presiente allende los Pirineos, donde Carlos el Perdonado prepara su regreso para primeros de junio, una vez aprobada la amnistía. Puigdemont no mejoraría sus resultados si ambos comicios se celebran el mismo día ya que la participación aumentaría, las urnas se llenarían de españoles.
Las europeas no son un plebiscito sobre la continuidad de Pedro Sánchez o de Feijóo, tan sólo son unas elecciones a mitad de mandato donde ambos líderes se medirán para la batalla final, pero en Cataluña servirán para confirmar el final de la hegemonía independentista. Lo sabe Junts y lo sabe ERC: si Illa no es presidente, correrán el riesgo de una doble convocatoria electoral que a ninguno de los dos partidos le interesa.
El Parlamento catalán se constituye un día después de las elecciones europeas, el lunes 10 de junio, y cuando se constituya la Mesa ya sabremos si Junts y ERC han comenzado a moverse. Moncloa está gobernada por un estratega temerario pero que, lejos de responder a impulsos arbitrarios, maneja la mejor información del país y actúa bajo una temperatura cercana al cero absoluto. Si le conviene, si observa la ventana de oportunidad, habrá generales en otoño.
Y cambios en Andalucía, donde no sólo Juanma Moreno tiene que reajustar su Gobierno, sino que se está pendiente la renovación de la secretaría general del PSOE. Si el PP ganase por primera vez las europeas en Andalucía, el PSOE acumularía cuatro derrotas definitivas, Juan Espadas no podría seguir al frente de un partido que se va desdibujando como se derrite la nieve, desapercibido, aunque a la vista de todos.
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