Acoso a Juan Espadas

19 de diciembre 2024 - 03:07

La campaña política contra Juan Espadas no sólo es antidemocrática, sino que ya cae en lo bochornoso. Es normal que haya otros candidatos para liderar el PSOE en Andalucía, pero si él quiere seguir está en su derecho legítimo de presentarse. No puede dar un paso al lado a empujones, como están intentando. Desde el Congreso que organizaron en Sevilla (me refiero al que pasearon bajo palio a Pedro Sánchez), hay un complot en marcha para cargárselo como líder. Me parece injusta esta campaña contra Espadas. Sobre todo porque no se debe a razones ideológicas, como sería lícito y hasta razonable, sino porque está auspiciada para que algunos que se quedaron descolocados se vuelvan a colocar. Es decir, se trata de una cacería de amiguetes, con la excusa de que quieren levantar al PSOE hundido en Andalucía por la supuesta incompetencia de Juan Espadas.

El relato impuesto por esos críticos es el siguiente: Juan Espadas fue un buen alcalde de Sevilla, pero como líder del PSOE en la oposición andaluza resulta desastroso. Traducido significa que antes era bueno, y ahora es malo. O que antes era listo y se volvió tonto al cambiar de cargo. Sin embargo, no tienen en cuenta la realidad: el gran culpable del fracaso del PSOE en Andalucía es Pedro Sánchez. Y las culpas de Juan Espadas se deben limitar a que está defendiendo lo indefendible, y ha ejercido como correveidile de su jefe.

El mayor error de Juan Espadas ha sido la apariencia. Ha pasado de ser un susanista, que procedía de la Junta de Manolo Chaves, a lo contrario de lo que defienden los históricos del PSOE en Andalucía. Es un sanchista converso. Y al caerse del caballo, la conversión le ha salido mal, se ha llevado el costalazo, y ahora otros caballos se lo quieren llevar a él por delante.

Pero el movimiento para levantar al PSOE en Andalucía nace viciado. En el manifiesto (o cosa parecida) que elaboraron se declaraban más sanchistas que Sánchez. Sólo les faltó proponer su beatificación laica. Si empiezan así, deben saber que irán mal en Andalucía, igual o peor que Juan Espadas, si consiguen el poder en el partido. Porque los andaluces no son tan tontos como piensan en Madrid y en Barcelona, y ya no se creen esos cuentos.

Se comprende que Pedro Sánchez esté preocupado por lo suyo, rodeado por todas partes, con acusaciones que ya no son sólo producto de la máquina del fango. Por eso, deben ser coherentes. La solución no es poner a un hombre de paja para que le haga el trabajo sucio al jefe y su cheerleader, sino regenerar y recuperar un PSOE al servicio de los andaluces.

stats