La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lluvia en Sevilla merece la fundación de una academia seria
Unidas Podemos: marca de partido que tiene el femenino plural y el 8-M y su morado como estandartes, pero que a la hora de resolvel -que diría un cubano-, donde se ponga un macho alfa que se quite una hembra y compañera como Isa Serra. Pablo Iglesias abandona la vicepresidencia del Gobierno de la nación para presentarse a las elecciones de Madrid. Siempre ha habido clases y autonomías también alfa... o periféricas: recordarán que Chaves, al contrario, plantó a la Junta para ocupar a una vicepresidencia nacional. La presidencia madrileña bien vale una peineta al Ejecutivo: esto sí que es España vaciada. La caricaturizada Ayuso da mucho miedito, y el comandante quiere llegar y mandarla parar. Vox chasquea la lengua: el voto útil va a nutrir a la presidenta vigente, y ellos pueden ser los damnificados. De Ciudadanos, ni hablamos.
El presidente Sánchez podrá ir dejando de tomarse la pastillita para dormir -"no podría dormir tranquilo con Iglesias de socio", recuerden-. Con Yolanda Díaz a su izquierda podrá dormir mucho mejor, dónde va parar; en la gran mesa de Moncloa, entiéndase. Errejón puede volver a casa por abril, como el vencejo y el charrán, para hacer frente común contra la cuajona y corajuda candidata del PP, la Betty Boop de la Puerta del Sol (su cara me recuerda al dibujito, eso es todo). IDA preocupa mucho. Ah, qué Gobierno ni qué gaitas... en plena travesía económica del desierto del país y vuelta a la guerra de los templarios del independentismo, Iglesias se hace un Illa a lo grande. El presidente, que estaba en el Elíseo con Macron, al saber la noticia habrá exclamado oh la la mientras saltaba haciendo clac con los tacones de sus zapatos. ¿O está todo preparado, y el matrimonio PSOE-UP va a ser uno de esos por los que nadie da un duro, pero que van para largo y no hay quien los desuna?
El mapa político español está en pleno reciclaje y redefinición, esperemos que para dar lugar a un panorama más estable, lo cual pasa por la desaparición de algunos actores: "En este pueblo no hay sitio para todos, Flannagans". Las candidaturas autonómicas son objeto de navajeo fraterno y de aterrizaje de estrellas. Gestión, recesión y deuda, pandemia: bah, paparruchas. Se trata del poder. Y siendo esto consustancial a la política -es lo que hay, a qué irritarse-, es aún peor que los periodos interelectorales sean todos preelectorales y estemos condenados a perpetuidad al circo en sesión continua, a la ojana demagógica y el tetris de los partidos por dentro y entre sí. Me pido prime para tus pastillas de quedarse fritito, Pedro.
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