¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
COMO cuenta un alcalde socialista, el electorado andaluz ha normalizado a Vox, a lo que habría que añadir: ahora sólo hace falta que se normalicen ellos. El negacionismo del cambio climático por origen humano y el de una violencia específica contra la mujer se acercan más al terraplanismo que a una guerra cultural contra esos consensos, supuestamente, impuestos desde la izquierda. De ahí a brindar con diésel sólo hay un paso. Pongamos como ejemplo de planteamiento fracasado el servicio de teléfono de la violencia intrafamiliar, que fue implantado en Andalucía como consecuencia de los acuerdos de Vox con el PP en la primera legislatura de Juanma Moreno y que es el mismo que figura en los pactos autonómicos que ambos partidos están firmando estos días.
Por violencia intrafamiliar se entiende aquella que se desarrolla en el ámbito doméstico, que no sólo afecta a las mujeres, sino a padres y madres que sufren agresiones de sus hijos o a hijos que son maltratados por sus madres, toda la casuística que puedan imaginar. Claro que existe maltrato dentro del hogar, pero la intención de Vox con ello es equiparar la que ejercen algunas mujeres con las que practican algunos hombres, de modo que se disuelva el concepto de violencia machista y de género, que sólo sería un concepto izquierdoso impuesto, pero aceptado como consenso por quienes ellos llaman la derechita cobarde.
En el año 2022, el teléfono de violencia doméstica de la Junta, 900 300 003, atendió 606 llamadas por 403 casos, lo que equivale a una media de 1,6 al día. En ese mismo período, las llamadas al 016, el de la violencia contra la mujer, fueron 13.018, unas 35 diarias. En toda España, se produjeron 102.391 llamadas al año. Estos gritos de ayuda no son ningún dogma ideológico ni una moda cultural.
El PSOE ha propuesto en el Parlamento andaluz que este teléfono desaparezca por su coste y su escaso uso, aunque merece la pena mantenerlo porque no es un servicio autónomo, como el 016, sino que está incluido en las prestaciones del Servicio Andaluz de Teleasistencia, de modo que sus llamadas se desvían otros teléfonos propios de protección de mayores, de maltrato infantil y de violencia filoparental.
Este jueves pasado, la consejera andaluza de Igualdad, Loles López, en un debate con la parlamentaria de Vox por Sevilla Ana María Ruiz lo resumía de este modo: “Esto no va de ideología, sino de libertad, de vidas, sólo le pido, si así lo quiere, que en el próximo pleno diga aquí que hay una violencia contra las mujeres por el único hecho de ser mujeres”.
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