¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
Pasó lo menos sorprendente y en un mes, el Bayern será el que se juegue con el Sevilla ser el rey futbolístico de Europa a nivel de clubes. Aunque la realidad dejó ver que la diferencia no era tal, el carácter de favorito del equipo bávaro no se reflejó en el terreno de juego. Es más, quienes más ocasiones de gol crearon fueron los franceses y eso a pesar de que Neymar no tuvo su mejor noche y que Mbappé estuvo desacertado ante Neuer.
Sin tantos aciertos como tuvo el enorme guardameta teutón es posible que estuviéramos hablando de otra cosa. Claro que ya lo vimos en la segunda competición europea con Bono para comprender la importancia que han tenido ambos guardametas en que el 24 en Budapest esté la Supercopa de Europa en manos de lo que hagan Bayern y Sevilla. Providencial actuación de Neuer para que se cumpliese esa mayoría de pronósticos que preconizaba triunfo bávaro.
Y ahora, ¿qué? Pues ahora, lo mismo que desde este rincón decía antier mismo, que qué más daba Bayern o PSG como rival del Sevilla en el Puskás Arena. Sí creo que en estos momentos iba a dolerle al Bayern la cabeza. Dentro de un mes quién sabe cómo llegarán ambos a la cita húngara, cómo estarán los respectivos planteles tras unas cortas vacaciones. Seis días antes habrá arrancado la Bundesliga con un Bayern-Schalke y el Sevilla estará en vísperas del debut.
Dada la profesionalidad de dos grupos tan competitivos no parece probable que el estado actual sufra variaciones considerables, por lo que me mantengo en mi opinión de que la pelota está en el alero. Respetando el potencial del alemán más laureado, las opciones de un Sevilla tan acostumbrado a jugar y ganar finales son considerables. ¿Mejor hubiera sido el PSG? No sé, pero sí puede asegurarse que nos espera un mes de expectación ante una final que es un cartelazo.
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