La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
La cantidad de años que nos hemos tirado con dudas y titubeos sobre la utilidad de la Cámara Alta y el debate sobre la necesidad de impulsar una reforma que promueva su conversión en foro de verdadera representación territorial. El PP ha encontrado en la Plaza de la Marina Española el rompeolas del sanchismo. ¡El Senado por fin genera interés para los españoles! Feijóo pone a trabajar a los senadores con tres plenos al mes, lo que ha descuadrado los planes personales de muchos representantes acomodados en sus respectivas provincias. ¡Hala, a salir todos de la zona de confort, sufrir los retrasos de los trenes y a gastar más en hoteles y almuerzos que hay que elevar el PIB de la capital de España! La de senadores del Reino que ven alterada y amenazada su vida doméstica porque el líder gallego se ha empeñado en aprovechar la mayoría absoluta que tiene en esta Cámara. Lógico. Algunos pretenden que Feijóo se quede quieto cuando tiene la obligación de evidenciar la debilidad de un Gobierno que pende de un hilo, que se levanta cada día con un nuevo jaque y que depende todo el tiempo de aliados tan diversos y poco fiables como Esquerra, PNV, Bildu y Junts. La imaginación al poder... y a la oposición.
El mayor interés del Senado en esta etapa será el uso de la iniciativa legislativa, que sea la Cámara Alta la que envíe leyes a la Cámara Baja. Tendrá su interés, no lo podemos negar, comprobar qué harán los diputados del PNV y Junts cuando lleguen textos legales con la supresión del IVA o la rebaja del IRPF. A ver cómo rechazan ese cocido de Lhardy... La elevación de una ley por Pleno tiene un indudable interés y una previsible capacidad para provocar quebraderos de cabeza en una convivencia del PSOE y Sumar con unos socios tan variopintos que merecería ser retratada en las viñetas de 13 Rue del Percebe. Se llevan algunos las manos a la cabeza porque Feijóo quiere “usar” el Senado. ¿Mande? Con la de veces que hemos dejado al PP como partido especialista en el tiro en el pie, con la de ocasiones en que los hemos relegado al papel de salvar las cuentas del Estado después de gravosos Ejecutivos del PSOE, con la de ríos de tinta que han corrido para denunciar negligencias, corruptelas y peleas internas en la sede de Génova... Bien está la cosa si Feijóo le saca todo el jugo a la naranja del Senado. Si ahora hasta oímos que los criterios de la ley electoral son muy particulares y distintos para asignar los escaños del Senado con tal de provocar el desprestigio de la mayoría absoluta del PP. ¿Pero acaso no son los mismos de siempre? Tendrá Feijóo que buscarse la vida.... Y muy bien que hace el gallego.
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