La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Punto de vista
TENGO a la vista el calendario y horario de las sesiones de investidura y sé por ello que hasta anoche, a las ocho de la tarde, no tuvo lugar la primera votación. Sé que en ésta lo que se dilucida es si la candidatura del Sr. Sánchez tiene los votos a favor de 176 diputados, puedo aventurarme a escribir que resultó fallida. Mañana viernes a hora más bien tardía, tendrá lugar la segunda votación, donde ya no se exigen los votos a favor de la mayoría absoluta de la Cámara, sino sólo la relativa de que los votos a favor sean más que los negativos, sin que cuenten las abstenciones. También me voy a permitir hacer un pronóstico de lo que sucederá en esta segunda votación e incluso, admitir apuestas: la investidura del Sr. Sánchez no prosperará, por recibir más votos negativos que positivos.
El actual secretario general del PSOE ha rematado su discurso diciendo que se ofreció al Rey para formar Gobierno sin los apoyos necesarios a fin de salir del desbloqueo al que la renuncia del candidato ganador de las elecciones nos había llevado y que este era su fundamental objetivo. Esto no es en absoluto cierto. Hay que recordarle, que primero Rajoy le ofreció un pacto, en el que incluía a C's, para formar la coalición, bien vista por casi todos. Este pacto recibió según sus cuentas 17 noes consecutivos. Luego, cuando el Rey le ofrece formar Gobierno, es el líder de Podemos el que le propone otro pacto, con tanto detalle que hasta le organiza y reparte los ministerios de ese Gobierno. Aceptando cualquiera de esos pactos, el bloqueo no se hubiese producido y de esta investidura hubiese salido un Gobierno, pero ha preferido, como le señaló Rajoy, disponer de un mes para su promoción personal. Quede claro que es Sánchez quien origina el bloqueo y no tiene sentido que ahora se ofrecezca para desatascarlo.
Sánchez es osado pero no maquiavélico. Con su obsesión anti Rajoy dice que no es serio que aquel siga y así contradice a los más de 7,5 millones de españoles que le votaron para que siguiera gobernando. Pero, no va a conseguir, por mucho que se esfuerce, que los españoles se crean, a efectos de votaciones ulteriores, su razonamiento simplista de que el PP y Podemos son lo mismo por el hecho de que coincidan en votarle en contra. Y Rajoy, en su intervención, demostró que no es un indolente zombi y podrá demostrarlo, porque la conclusión del debate es que tendremos otras elecciones.
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