Rus finiquita el efecto Zoido

ES muy fuerte desde hace cuatro años la preeminencia de los problemas nacionales sobre la vida local. La visión de la ejecutoria municipal está muy eclipsada por recortes, rescates, urgencias y sobresaltos de alcance general y repercusión directa en crecientes segmentos del vecindario. Por eso, a Zoido como nuevo alcalde le ha durado 15 meses el periodo de gracia que a otros políticos solo le alcanza para cien días. Ha tenido bula para ser a la vez un personaje ubicuo en la política de escaparate y verborrea, y una incógnita como gestor en tanto que se ha tapado como alcalde en los crasos errores de Monteseirín. Ayer se le puso punto final a esa etapa de euforias, expectativas y milongas, sin apenas reproches porque tenía la coartada del desprestigio de su antecesor. Y el pregón del desencanto tiene especial fundamento porque es Miguel Rus, el presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla, quien ha dicho en público lo que ya piensa mucha gente cualificada sobre el deficiente balance de estos 15 meses en los temas genuinamente municipales.

El pasado mes de julio, Zoido recibió en la alcaldía a Rus y anunció que se establecía un canal de comunicación de veinticuatro horas entre el gobierno local y la patronal. Una de tantas frases vacías de contenido que los políticos, sobre todo cuando no se escuchan, lanzan como reclamo a la opinión pública a falta de buenas ideas y mejores planes. Lo que la ciudad comienza a exigirles es que cumplan su promesa de que el Ayuntamiento funcione bien, y a su hora. Que elimine los círculos viciosos de la burocracia y no se convierta en un embrollo partidista de torpezas e ineficacias que ponen la carreta delante de los bueyes.

El PP ha hecho ver con habilidad desde mayo de 2011 que Zoido está avalado por su buena gestión como alcalde, cuando hasta ahora solo ha triunfado como candidato en las urnas, ganando dos elecciones municipales. La matrícula de honor como cabeza de cartel no le librará del suspenso a final de curso si no hace autocrítica y rectifica.