La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Disgustado contemplo desde la barrera la tremenda división que se ha instalado antes de llegar al atrio, en el atrio y tras salir del atrio. Incluso después de traspasar el atrio, el cáncer del fratricidio se ha hecho carne y eso no es bueno para una hermandad que no es una hermandad cualquiera. Estas elecciones a junta de gobierno de la Macarena están haciéndole más daño a la hermandad que todos los ataques que suele recibir por parte de la incuria y, mayormente, del sectarismo. La verdad absoluta, posiblemente no la tenga nadie, pero por respeto a uno de los símbolos preclaros de la Sevilla que más merecen la pena se podría enterrar el hacha de guerra y enarbolar una consensuada bandera blanca. Las luchas fratricidas dejan muchas heridas sin cerrar y cualquiera sabe el tiempo que hará falta para que la concordia vuelva a reinar en el atrio, ese pórtico de la Gloria.
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