Retiro obrero, una aldea gala

Ellos, con apenas recursos, defienden el patrimonio de Sevilla. Otros no hacen más que destrozarlo

18 de abril 2023 - 00:01

EN la Sevilla de la destrucción de La Palmera, de los mamotretos en el Paseo de Colón, del acoso al Porvenir y Nervión, de la tematización del centro y un interminable etcétera, llama la atención la existencia de la Asociación Histórica Retiro Obrero (AHRO), una especie de aldea gala que lleva casi 20 años plantando cara a las legiones políticas y económicas para defender el frágil patrimonio del Distrito Macarena, el lugar donde se desarrolló una revolución industrial más amplia de lo que se ha querido admitir que produjo una arquitectura fabril y social muy peculiar, entre neomudéjar, regionalista y manchesteriana.

La AHRO nació en 2004 para frenar el intento del PGOU Fustegueras-Monteseirín de arrasar toda una manzana de la barriada Retiro Obrero, construida entre 1928 y 1934 (en eso hubo acuerdo entre la monarquía alfonsina y la república) dentro de los criterios higienistas de un urbanismo que era consciente de que había que dotar a las clases trabajadoras de espacios dignos, saludables y –¿por qué no decirlo?– bellos. Lo cierto es que, casi cien años después, esas casitas que hoy vemos en Miraflores no son sólo un pintoresco recuerdo de otros tiempos, sino un buen lugar para vivir, mucho mejor que las colmenas habitacionales a las que, décadas después, se condenó a las familias trabajadoras (y no tan trabajadoras) por el desarrollismo franquista y democrático.

Pero la AHRO no es un ente abstracto. Tiene rostros concretos, como el de su presidente y fundador, Basilio Moreno, toda una vida dedicada a la lucha vecinal y por la defensa del patrimonio histórico. O el incombustible profesor Julián Sobrino, el hombre que conoce mejor que nadie esa ciudad industrial a la que bautizó como la Sevilla de los Pickman. Gracias a ellos, a los que acompañan muchos otros, se salvó la Fábrica de Vidrios de la Trinidad. Ahora, están empeñados en que la Gerencia Municipal de Urbanismo reconozca la Avenida de Miraflores y calles adyacentes como entorno urbano singular. Razones no les faltan y sólo hay que darse un paseo por esta zona para encontrarse con edificios firmados por lo mejor de la arquitectura de la primera mitad del siglo XX: José y Antonio Gómez Millán, Espiau, Antonio Arévalo Martínez, etcétera.

Por todas estas virtudes, el Colegio Oficial de Arquitectura de Sevilla le ha concedido a la Asociación Histórica Retiro Obrero (AHRO) su Premio Arquitectura y Sociedad 2023. Merecidísimo. Ellos, con apenas recursos, defienden con ardor galo el patrimonio de Sevilla. Otros, con las alforjas bien llenas, no hacen más que destrozarla.

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