Luis / Sánchez- / Moliní

Reproches y herencias

15 días de mayo

17 de mayo 2015 - 01:00

DICE el candidato socialista, Juan Espadas, que Sevilla "no ha avanzado nada" durante el mandato de Zoido. Para el aspirante a prócer socialista nuestro alcalde es como el Aquiles de la aporía de Zenón de Elea, siempre clavado en el infinito sin poder alcanzar a la tortuga que se escapa irremediablemente. Lo que no recuerda Espadas es que gran parte de los lastres que impiden el movimiento de Zoido se deben a la frivolidad en la gestión de su compañero de partido y anterior alcalde de Sevilla, el doctor Sánchez Monteseirín, quien dejó como herencia un Ayuntamiento endeudado, al estilo de los señoritos que se jugaban los cortijos del patrimonio familiar en las antiguas timbas del Círculo.

Por mucho que se empeñe Espadas, Zoido no es una reedición de Bartleby, el personaje de Melville que llevó su vocación por la inacción hasta sus últimas consecuencias. Más bien, el alcalde popular se nos presenta como la dramática figura de un deportista al que una lesión lo ha privado de los goces de la competición, algo así como Paul Newman en La gata sobre el tejado de zinc. Los desmanes de los gobiernos municipales socialistas han dejado cojo y con muletas al Ayuntamiento, y ya sólo le queda beber un whisky tras otro y pelearse con la parienta, que en este caso se llama Cruda Realidad.

Hace bien Zoido cuando saca pecho por el minucioso trabajo realizado por su delegada de Hacienda, Asunción Fley, quien ha logrado poner en orden la montaña de facturas que dejó sobre la mesa el gran festolón de eso que llamaron "el pacto de progreso" (el horroroso nombre elegido por IU y PSOE para robarle al PP su victoria electoral de 2007). Esos "proyectos ilusionantes y movilizadores" que dicen que le han faltado a Zoido eran imposibles de realizar en las condiciones de cochambre económica en las que se encontró la Casa Consistorial. A cambio, el alcalde sólo ha podido ofrecer a la ciudadanía golpes de efecto y, lo que sí es repochable, una idea chata y provinciana de Sevilla. Poco ha avanzado Zoido en estos cuatro años, como el Aquiles de Zenón, pero los zapatos de hormigón se los puso el mismo partido que ahora le reprocha su inacción.

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