¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Capitanía y los “contenedores culturales”
La ciudad y los días
TIENE c… que algunos pontífices madrileños de la cultura hayan decidido que es ahora cuando se ha recuperado el genio escondido de Manuel Chaves Nogales. Así titulaba Babelia -suplemento cultural de El País- el pasado sábado, en portada, las páginas dedicadas a la reedición de A sangre y fuego y Juan Belmonte matador de toros: "El genio escondido. Se recupera la obra del gran periodista Chaves Nogales". Como si Alianza Editorial no hubiera reeditado en 1970 -¡hace 39 años!- y reimpreso en 1988, 1991, 1993, 1995 1998 y 2003 su Juan Belmonte matador de toros. Como si el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla no hubiera reeditado en 1977 y reimpreso en 1991 La ciudad (que este periódico obsequió a sus lectores el día en que nació, hace ahora diez años, participando en su presentación los tres hijos de Chaves Nogales). Como si en 1994 no figuraran textos suyos en el ensayo Las armas y las letras de Trapiello. Como si la editorial Destino no hubiera editado en 2003 el volumen antológico Cuatro historias de la República, con textos de Julio Camba, Joseph Pla, Gaziel y Chaves Nogales…
Y como si -sobre todo- la Fundación Luis Cernuda de la Diputación Provincial de Sevilla no hubiera publicado, en espléndida edición crítica establecida por la profesora María Isabel Cintas y con distribución nacional, su obra narrativa y periodística completa en cuatro gruesos volúmenes de espléndida presentación publicados entre 1993 (obra narrativa, tomos I y II) y 2003 (obra periodística, tomos I y II). Hasta como si incluso los mismos que ahora celebran su descubrimiento no lo hubieran declarado recuperado, en esta misma Babelia que ahora anuncia su re-recuperación, con motivo de la publicación de la obra completa editada por la Diputación de Sevilla.
En el tango madrileñista de España cuarenta años de trabajos para la recuperación del nombre y la obra de Manuel Chaves Nogales, culminados por la edición sevillana de su obra completa, no son nada. En cambio la meritoria -pero no pionera ni descubridora- reedición de A sangre y fuego en Austral y de Juan Belmonte matador de toros en Libros del Asteroide, a la que suman la reedición hace dos años de El maestro Juan Martínez estaba allí, permite que se titule a toda página que se "recupera" la obra de un "genio escondido". ¿Tiene o no tiene c… la cosa?
Está claro que, por mucho dinero que se despilfarre en la pantomima autonómica, quien no sea bautizado en Madrid por quienes en cada momento establezcan el dogma cultural, y además no sólo una vez sino cuantas les apetezca, sigue siendo morito.
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