Raquel Meller, la Macarena y el Gran Poder

París, 31 de marzo de 1929. En el Palace Music-Hall se estrena con gran éxito París-Madrid, anunciada como "Gran revista franco-española con 45 curiosidades de Francia y España". La mayor parte de la música es de Jacinto Guerrero, que dirige la orquesta, y el cartel lo encabeza la gran Raquel Meller por lo que en el espectáculo España gana a Francia, Andalucía a España y Sevilla a Andalucía. Hay números madrileños, vascos, valencianos, aragoneses… Pero la palma se la llevan Raquel Meller interpretando canciones andaluzas -en las dos únicas grabaciones discográficas del espectáculo realizadas ese mismo año con la Grande Orchestre Odeón dirigida por el maestro Guerrero, Raquel Meller interpreta "Los claveles de Sevilla" -y junto a ella los artistas gitanos que escenifican números flamencos.

Asistió al estreno un joven escritor cubano que escribió: "Después de Raquel Meller, los héroes de París-Madrid son los gitanos que hacen su aparición en un cuadro andaluz… Confieso haber sentido rara emoción ante las danzas de una de esas mujeres ardientes y renegridas… ¡Baile doloroso y bárbaro, insinuante y feroz, sensual y litúrgico; proyección, saeta, espasmo! Al salir del teatro, el público de la première de París-Madrid, debe haberse sentido sobrecogido por la frialdad gris de la melancólica tarde primaveral parisiense, en que pudimos aplaudir la danza del Sol de la prodigiosa gitana". Se llamaba Alejo Carpentier, los bailes que tanto le entusiasmaron estaban dirigidos por Juan Martínez -el maestro que estuvo allí de Chaves Nogales- y en el cuadro gitano intervenían Juana Amaya y su jovencísima sobrina Carmen. París, entonces, era tan flamenco que en 1930 Chaves Nogales escribía en Los flamencos de París. Montmartre, sede de la flamenquería: "¿Quiere usted admirar el baile flamenco?... Pues vaya usted a París… El baile flamenco se ha acabado en España. Lo desdeñábamos, lo poníamos en ridículo, y emigró".

Pero vayamos a lo nuestro. Para este espectáculo el maestro Guerrero, además de nuevas canciones, utilizó éxitos suyos poniéndoles nuevas letras. Así Soldadito español, de la revista La orgía dorada estrenada un año antes, se convirtió en Los claveles de Sevilla, el éxito mayor del espectáculo, en la que Raquel Meller cantaba: "Virgencita Macarena, mi Jesús del Gran Poder, en las horas de la pena oración quisiera ser". En 1929, como hoy, mandaban quienes mandan.