La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Los políticos se hacen un lío cuando llega la Navidad. No pueden ignorarla porque los cristianos también votan y a la vez no quieren contaminarse felicitándoles una de sus dos festividades más importantes.
Pedro Sánchez evita cuidadosamente la palabra Navidad en su felicitación, que parece más apropiada para el uno de mayo, el 14 de julio francés o el 17 de octubre soviético que para las Navidades: "Que nunca nos falte la ilusión y el coraje para seguir trabajando por aquello en lo que creemos. Por más igualdad, justicia y prosperidad. Os deseo ¡¡Felices Fiestas!!". ¿Laicismo a ultranza? No. Porque a los musulmanes les felicitó el Ramadán con un texto rebosante de religiosidad: "Deseo a todos los musulmanes de España un muy feliz Eid El Fitr. Que el mes de Ramadán que acaba de concluir os traiga, nos traiga a todos, mucha paz. ¡Eid Mubarak!". Está claro que más que de laicismo se trata de anticristianismo. De no ser así felicitaría por igual a cristianos y musulmanes.
El PP sí felicita las fiestas utilizando la palabra Navidad. Pero como cabe suponer que lo hace calculando que el voto católico aún es importante para ellos pese a su cobarde postura en la cuestión del aborto y su renuncia al humanismo cristiano, tiene al menos la sinceridad de explicitar en lo que piensan y las cuentas que hacen al felicitar la Navidad representando en su felicitación a los Reyes Magos ante un atril del PP y portando urnas electorales en vez de oro, incienso y mirra. Sincero pero basto, la verdad.
Ciudadanos también felicita la Navidad con todas sus letras en un vídeo de Rivera, que aprovecha la ocasión para largar un mitin. Pero dado su carácter mutante y volátil es imposible saber si lo hace con la misma sinceridad con que Herodes pedía a los Reyes Magos que le dijeran donde había nacido el Niño para ir él también a adorarlo.
Vox, muy en su línea entre Numancia y Reconquista, felicita la Navidad pidiendo "que el Niño Jesús que va a nacer en nuestros corazones nos ayude a no rendirnos jamás".
Desde Podemos han lanzado este misterioso mensaje: "La Navidad es de todos, no sólo de los cristianos. Afortunadamente, trasciende el hecho religioso". Lo primero puede valer siempre que se respete el copyright. Lo segundo no vale porque si la trascendencia es aquello que está más allá de los límites naturales es difícil que algo trascienda a lo trascendente, es decir, a lo religioso.
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