¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Maneras de vivir la Navidad
De pie, le doy el último sorbo al champán. Poco a poco, los invitados a la entrega del Premio Fernando Lara comenzamos a salir de los Reales Alcázares cuando, qué alegría, avisto a la periodista Lourdes Luque. Tras ella aparece Silvia Hidalgo, flamante Premio Tusquets de novela. “¡Hay que hacerse una foto!”, propone Luque. Acude de leiquero Salvador Gutiérrez Solís. A la instantánea se van sumando, “¡Ponte aquí!”, más escritoras, periodistas, editoras, libreras, traductoras, gestoras culturales, empresarias, investigadoras, políticas, profesoras… Hay una energía inigualable, potente, alegre, revoltosa, inextinguible, cuando se juntan mujeres conscientes de lo que se admiran y aprecian. De la primera en sacar el móvil –Lourdes Luque– a la última en sumarse a la instantánea –Ana Gavín–, el clic congrega un alto nivel de talento, formación y entrega, de mujeres meritorias de esta ciudad o vinculadas a la misma. Y eso que no estaban en la foto muchas de las que saludé esa misma noche (mis compañeras durante la cena, las escritoras Eva Díaz Pérez y Victoria León; las periodistas Mercedes de Pablos, Amalia Bulnes, Patricia Godino, Esther Menacho, Marta Carrasco, directoras de bibliotecas…), ni más que estaban pero no vi, y muchas más aún que esa noche estaban en otro lugar y a otra cosa y que igualmente cada día urden y alzan en sus manos una Sevilla más culta, más abierta, más humana, mejor. Por no hablar, más allá de lo literario y periodístico, de los ámbitos científicos, técnicos, universitarios, artísticos, políticos, sindicales, empresariales, deportivos… en los que las mujeres de esta ciudad aportan su excelencia, tantas veces a duras penas, con dobles cargas y renunciando a cosas a las que los hombres jamás tuvieron que renunciar. Ellas son promujeres. Vaya, no viene la palabra en el diccionario, que sí recoge en cambio la voz prohombres.
Cuento esto a las puertas del día de San Fernando, en el que se entregarán los honores y distinciones de la ciudad de Sevilla. Hago la cuenta: grupos y entidades galardonadas aparte, donde ni hombres ni mujeres constan nominalmente, de las 15 personas distinguidas a título personal, cinco son mujeres, una de ellas fallecida. Ya pueden saltar los detractores de la igualdad con eso de que la paridad dejaría fuera a prohombres frente a mujerzuelas de cupo, que nos vamos a reír. La realidad demuestra que, a pesar de los pesares, sevillanas dignas de reconocimiento hay en todos los ámbitos; ergo, no reconocer más y mejor el talento de las promujeres que investigan, crean, trabajan y hacen mejor Sevilla ¿a qué se debe? ¿Cómo se explica que, en este mosaico de personas a las que se les reconocerán sus méritos, el número de prohombres triplique al de promujeres?
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