La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Crónica Personal
ALGUNOS dirigentes políticos deberían ser más cautos con sus palabras, no vaya a ser que las matemáticas, o sus órganos de dirección, les obliguen a tragárselas. En el PSOE, tras el gesto inicial de Pedro Sánchez de llamar por teléfono a Mariano Rajoy para felicitarle, cuando en otras ocasiones se había inclinado por el mensaje de texto, se ha puesto muy estupendo en la reunión de su Ejecutiva advirtiendo que jamás ayudará a Rajoy a ser presidente, ni por activa ni por pasiva, ni votando a su favor ni con la abstención.
Veremos, porque algún dirigente regional relevante le ha espetado a Sánchez que no ha tenido un buen resultado aunque se presente como si hubiera ganado un óscar por haber evitado el sorpasso, y este lunes los teléfonos socialistas echaban humo, y no precisamente a favor de Sánchez. Susana Díaz no será secretaria general, bastante tiene con arreglar lo suyo, que le ha ganado el PP en Andalucía, donde ha perdido dos escaños; pero en su entorno braman contra Sánchez, al que hacen responsable directo del fiasco. Así que si surge alguna figura con ganas de competir con Sánchez en las primarias, cuando se convoquen, con toda seguridad ahí estará "la sultana" -como la llaman en Ferraz- para echar una mano. Y no hay que olvidar un dato importante del 26-J: Eduardo Madina ha conseguido escaño de diputado, que había perdido en diciembre. Y no es que sienta un amor desaforado por Sánchez, que le relegó nuevamente al puesto séptimo de la lista a pesar de que era difícil que saliera. Pero salió.
También Rivera debería tener cuidado con lo que dice. Se ha hartado de asegurar en las semanas pasadas que jamás votaría a Rajoy y poco menos que exigía al PP que cambara de cartel -uno de los suyos incluso "sugirió" que designaran a Feijóo, a Pablo Casado o a Cifuentes- y ahora que se ha dejado varios escaños en el camino -ha perdido los mismos votos que ha ganado el PP, lo que tendría que hacerle pensar- declara que no veta a nadie, pero minutos después de nuevo le pone la proa a Rajoy. A ver en qué queda toda esta lucha dialéctica en torno a Rajoy. Guste o no a Sánchez y a Rivera, tiene más probabilidades que cualquiera de ellos de seguir siendo presidente. Entre otras razones, porque el pacto entre PSOE y Ciudadanos ha perjudicado a Rivera y ha impedido que Podemos hiciera presidente a Sánchez, lo que evidencia que ni Sánchez ni Rivera tienen una especial capacidad para analizar las consecuencias de sus decisiones, que es precisamente lo que define a un buen político, la visión de la jugada.
Mientras Rivera lame sus heridas, Sánchez hace como que ha salido triunfante de la contienda, e Iglesias aún no asume que no se ha producido el sorpasso, escucharemos de todo y por su orden. Pero como dice el refrán del dicho al hecho...
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