Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Es muy grave que en Andalucía hayan votado sin conocer los programas de los partidos políticos. Muchos votantes han declarado, al ser preguntados el por qué de su voto, que Andalucía requería un cambio. Lo grave es que confesaban no conocer ni siquiera a su líder, en el caso de Vox. Tampoco eran capaces de definir las propuestas de derogación de algunas leyes constitucionales, y otras normas de convivencia mínimas, que hemos alcanzado en España tras muchos años de trabajo: igualdad de derechos entre mujeres y hombres, derechos que han sido necesarios para trabajar incasablemente en la integración de los LGTBI, etc. El voto dicta nuestra forma de vida, por lo tanto es un valor grandioso con el que no se puede frivolizar. Hay quienes no saben distinguir entre los políticos que vierten falsedades como si fueran verdades. ¿Por qué querría Vox cerrar la RTVA? Si fuera por motivos ideológicos haría falta, solo, un cambio de dirección a favor del periodismo riguroso, equilibrado y respetuoso con el ciudadano. Cerrar un medio de comunicación es un auténtico disparate. Es preocupante, que consideren a las redes sociales como un medio de comunicación. No lo son. Son líneas para comunicarse sin código deontológico, que no están formadas por periodistas, sino por ciudadanos que vierten sus pensamientos, y muchas injurias. Las redes están dominadas por la extrema izquierda. Otros que no nombran a España por su nombre ni tienen un mínimo reconocimiento y de respeto por quienes, en otras circunstancias críticas, hicieron una Constitución que aunó a ideologías dispares. La cuestión es qué representan en el Parlamento español aquellos que no aplauden nada. Ni obras del pasado, ni líderes, ni frases, ni muestran el mínimo respeto humano. Quizá lo que haya que renovar sea a los políticos. Muchos carentes del conocimiento y cultura suficiente para ser delegados de alguien. Partidos que crecen como setas a golpe de irascibilidad puntual pero sin un buen proyecto futuro. Políticos que desde su tribuna mienten cuando declaran que son feministas y desean azotar a periodistas hasta hacerlas sangrar, aplaudidos por feminazis. Políticos machistas, incultos, manipuladores que hipnotizan a las masas universitarias para lanzarlas a las calles después de la celebración de unas elecciones cuyo resultado no les ha gustado. Cuidado con quienes se dejan convencer sin saber quién, ni a dónde los llevan. Sí, es necesaria una renovación de la peligrosa comunidad política.
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