¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Capitanía y los “contenedores culturales”
Un día en la vida
Los mayores dramas de la historia de la humanidad no ocurrieron en campos de batalla, en palacios o parlamentos. Sucedieron en cocinas, en dormitorios o en cuartos de baño". Fue David Grossman quien ubicó en tan domésticos escenarios los momentos que han determinado muchos de los acontecimientos clave que han hecho de nosotros lo que somos. Podríamos agregar, apropiándonos de la teoría del escritor israelí, que también en los bares. Se le pasaron al autor de La vida entera. Pero bares, restaurantes, cervecerías, pubs, ventas y tascas han acogido acuerdos y pactos y de ellos han salido decisiones que han cimentado constituciones y gobiernos. Es verdad que también han servido para planificar asonadas militares y hasta atentados (desgraciadamente no han sido pocas en este país las barras y los comedores en los que los terroristas han acribillado a tiros a sus víctimas).
Así que no es de extrañar que en medio del boato de la ceremonia, más de uno tenga un instante íntimo y personal y sonría acariciando una arrugada servilleta de papel con la inscripción Gracias por su visita en la que están escritos los nombres de los próximos ministros, de los próximos consejeros o las diez primeras medidas del Ejecutivo que está a punto de nacer. Los manteles manchados, el cerco de los vasos y las botellas vacías han sido muchas veces los restos que ha dejado tras de sí la política, alta o baja, si es que a alguien le place establecer esa caprichosa diferencia.
Hace días fueron fotografiados en la cafetería de la estación de tren de Jerez los dirigentes de Ciudadanos y de Adelante Andalucía negociando sillas de la Mesa del Parlamento. Para nada. Ya se vio ayer. No hubo alcohol en esa reunión. Café, refrescos, agua. ¿Habría prosperado la cita si alguna de sus ya electas señorías -entre ellas el que será vicepresidente de la Junta- se hubiera alegrado el día con un copazo? Seguramente no, los otros se lo habrían afeado. Tan temprano y ya libando. Pero es que hay cuestiones que es mejor afrontar con el cuerpo entonado desde el minuto uno. En fin, yo sólo recuerdo que Churchill se bebía el agua del florero y Hitler era abstemio...
Y hablando de foto. Ayer hubo otra, la de ese efusivo (y sonriente) apretón de manos entre el jefe del PP, Juanma Moreno, y el jefe de Vox, Francisco Serrano. Que Dios nos coja confesados. O no, mejor en pleno pecado. Al menos divirtiéndonos. Total, para lo que nos queda en el convento...
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