¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Capitanía y los “contenedores culturales”
EL campo europeo vive su particular 15-M, lo que ha estallado es una miscelánea indignada con las organizaciones agrarias tradicionales, con las autoridades europeas, con las importaciones y con las grandes distribuidoras, un malestar persistente que ha sido canalizado por varias organizaciones heterodoxas, algunas tan ultras como la Plataforma 6-F, cuya portavoz, Lola Guzmán, dejó la militancia en Vox por blandengue.
Vox también alienta estas protestas que en el fondo de su ser son antiglobalistas, pero no son los únicos promotores, porque si fuese sólo así, no se explicaría el éxito que las movilizaciones están teniendo en Cataluña y en el País Vasco. En Barcelona hasta los ha recibido Pere Aragonès. De todo hay en esta viña.
Lo que distingue a Lola Guzmán de Vox es que a ella no le gusta el rey Felipe VI ni la laxitud de los voxeros con las vacunas. En una entrevista que la líder de la Plataforma 6F concedió a 13TV el martes pasado, justificó su oposición al Rey porque éste ha llevado en algunas ocasiones un pin de la Agenda 2030 en su solapa. Se trata de un círculo multicolor que habrán visto en muchas chaquetas de bastantes políticos, de izquierdas y de derechas, y que simboliza un acuerdo firmado en 2015 por 193 países en el seno de Naciones Unidas, estados de toda índole cuyos objetivos generales son la lucha contra la pobreza extrema, contra la desigualdad y el cambio climático.
La Agenda 2030 es para la derecha antiglobalista lo que el liberalismo para la extrema izquierda, el origen y el final de todos los males, el epicentro de una conspiración mundial. En el conciliábulo también participarían las autoridades de Bruselas, su Pacto Verde y una supuesta dictadura medioambiental. Otro portavoz de 6-F es el abogado Xaime da Pena, el mismo abogado que pagó la pancarta de Desokupa en Atocha, por lo que no es extraño que haya llamado a los tractores a acabar el sábado próximo en Ferraz.
El campo –esta vez sí, de modo literal– es la variada viña del señor, hay grandes productores muy tecnificados y pequeñas explotaciones que trabajan al borde de la pérdida, que sufren el aumento de los precios de los insumos y que se ven obligadas a vender a un precio que no es justo, pero de ahí a aplaudir que Bruselas haya paralizado la reducción de pesticidas van unas cuantas hectáreas.
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