La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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Azul Klein
Entre los rasgos de la personalidad de Manuel Chaves Nogales que más me llaman la atención está su apoyo decidido a la mujer en el plano profesional y académico. Josefina Carabias, pionera de la prensa española, siempre le agradeció al que llegaría a ser director del periódico Ahora su optimismo y el que la apoyara ofreciéndole encargos retadores, como entrevistar a Valle-Inclán o firmar crónicas parlamentarias, una deuda moral que su hija, Carmen Rico Godoy, se encargó de recordar en décadas posteriores. Ese mismo empeño por la igualdad de sexos llevaría a Chaves Nogales a enviar a sus dos hijas mayores a un internado británico para que, además de aprender inglés, se formaran en un ambiente cosmopolita regido por valores laicos y de tolerancia hacia otras culturas y confesiones, en un centro alejado de las obsesiones gimnásticas de corte militarista que estaba conociendo la escuela en tiempos en los que no había demasiada prevención ante la deriva nacionalsocialista, que él sí había conocido de primera mano en sus viajes por Alemania y su entrevista con Goebbels.
Josefina Carabias es una de esas mujeres imprescindibles que han abierto el paso para las posteriores generaciones de mujeres que trabajan en los medios y cuya contribución al progreso recoge ahora el escritor y politólogo malagueño Bernardo Díaz Nosty en Voces de mujeres periodistas españolas del siglo XX, un libro editado por la editorial sevillana Renacimiento y del que daba cuenta en este periódico el pasado domingo Pablo Bujalance. De algunas de esas 200 periodistas que nacieron antes de la Guerra Civil, marco temporal del jugoso volumen de Díaz Nosty, hablamos anoche con Mar Abad, una laureada periodista de Almería afincada en Madrid cuyas indagaciones sobre el lenguaje en la era digital son una inspiración para tantas de nosotras. En su último ensayo, titulado Antiguas pero modernas (Libros del K.O.), Abad reivindica a cuatro pioneras mediante una ardua labor de hemeroteca que le permite devolvernos su voz, que escuchemos cómo hablaban, escribían y pensaban Rosario de Acuña, Sofía Casanova, Aurora Bertrana y la almeriense Carmen de Burgos, Colombine. Sobre ésta pudo verse en la Biblioteca Infanta Elena una didáctica muestra que recorre la vida y hazañas de quien fue la primera corresponsal de guerra española. Hay tantas mujeres escritoras en periódicos, y no pocas andaluzas, que a una le sorprende que en entre los discursos del 28-F no hubiera hueco para nombrar a alguna de ellas. Por fortuna, cada vez son más los autores y editores que trabajan en la dirección del rescate y quieren devolvernos a través de estas pioneras una visión, y termino citando a Mar Abad, "más vívida, más locuaz y más bastarda de la historia de España".
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