La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Los calentitos son economía productiva en Sevilla
LA estampa no es ben trovato. Un grupo de profesores de instituto se ríe con maldad alrededor de la pantalla de un móvil. Están en un bar, pero apenas han tomado un par de cervezas. Todavía no se puede hablar de un efecto deformante de la realidad por la ingesta de alcohol. ¿Y de qué se malician estos docentes? De un vídeo sobre la educación en Andalucía que ha difundido la consejera de Educación en las redes sociales para anunciar la apertura del plazo de escolarización para el curso 2024-2025. El vídeo nos muestra una escuela andaluza que más bien parece nórdica, con aulas tapizadas de mullidas moquetas, mesas impolutas, niños serios y disciplinados, profesores que parecen recién salidos de una sesión de yoga. Dan ganas de volver a estudiar el tedioso BUP, oiga... Una maravilla. Sin embargo, no es esa la visión que tiene la inmensa mayoría de profesores andaluces de enseñanza media, quienes dibujan una realidad mucho más árida e imperfecta, tanto en lo humano como en lo material. Las muchas carencias que tiene la educación en España y Andalucía no son responsabilidad en exclusiva de la actual consejera popular. La educación, lo sabemos todos, está siendo uno de los grandes fracasos de la democracia española, casi a la altura de la política territorial. Y no siempre lo es por una cuestión presupuestaria.
Está bien que los políticos defiendan su gestión, pero no se puede maquillar la realidad hasta hacerla irreconocible. Es lo que hace Patricia del Pozo en dicho vídeo. Tampoco hay que cebarse con ella, es algo que todos practican y han practicado a lo largo de la historia. Pero es cierto que dicho vídeo resume muy bien ese exceso de imagen del que hace gala el Gobierno popular. Se nos está dibujando una Andalucía de ensueño que sólo existe en los despachos de los propagandistas del juanmismo triunfante.
Son muchos los ciudadanos para los que la llegada del PP a San Telmo no ha supuesto una mejora sustancial en sus vidas, por mucho que las terminales propagandísticas del Gobierno autonómico nos estén continuamente dibujando esa “California europea” que profetizó Rodríguez de la Borbolla. Tampoco se ha ido para atrás, lo que es de agradecer si uno profesa la sagrada religión del pesimismo hispano. Juanma y sus consejeros se nos han desvelado como magos de la imagen y la propaganda. En todas sus apariciones hay un exceso de retórica y de triunfalismo andalusí unido a un déficit de realidad. Como en las aulas que nos muestra el increíble vídeo de Patricia del Pozo, tan falso como la falsa moneda.
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