Pasa la vida: 'A Zoido no le votan en Gádor'

NI a Espadas en Torrox. Al alcalde de Sevilla, sea quien sea, da igual en qué partido milite, no se le vota porque sí en los otros 772 municipios andaluces para darle el poder territorial de una región más grande que varios estados europeos, con localismos y provincianismos tan acusados. Antes al contrario, ser un símbolo de lo sevillano es un sambenito que hacerse perdonar ante todos los que imaginan un favoritismo en pro de Sevilla si se alcanza la presidencia de la Junta después de haber sido alcalde de la capital. Javier Arenas necesitó muchos años de carretera y de mano izquierda para ganarse la confianza y que no le vieran como un sevillano que iba a los pueblos y a los barrios a llevarse sus votos para servir a los mandamases de la capital. Durante 19 años de miles de viajes y reuniones a lo largo y ancho de Andalucía, ha vertebrado un partido de dimensión regional, superando las tendencias a las taifas y capaz de ser el más votado. Pero si esa labor ingente la acomete siendo a la vez líder andaluz y alcalde de Sevilla, con toda seguridad las urnas autonómicas le hubieran sido más esquivas. Porque el mito del centralismo sevillano sigue latente.

El primer aniversario de Zoido como alcalde ha deparado en los análisis una mayoritaria coincidencia: los ciudadanos esperaban de él muchísimo más. Con un PP nacional que, como estaba cantado, se está abrasando en el Gobierno por las enormes dificultades financieras de España, se ha volatilizado toda la efervescencia que había hace medio año en favor de la primera alternancia autonómica en Andalucía. En ese contexto de perfiles tan rotundos, considero que se equivocan quienes piensen que el alcalde de Sevilla es la mejor baza para suceder a Arenas y enviar al PSOE andaluz a la oposición. Quien mucho abarca, poco aprieta, y una acumulación excesiva de cargos y responsabilidades en los hombros de Zoido, que ya preside la Federación Española de Municipios, es el camino más rápido para que no tenga tiempo de gobernar bien Sevilla y, por lo tanto, para que su partido pierda más rápidamente la Alcaldía hispalense.