Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
PASA LA VIDA
DOS mujeres sevillanas asesinadas en sus hogares por la violencia machista, por desgracia nos hacen revivir que esa lacra está extendida como una mancha de aceite por nuestro territorio. Es imposible censar cuántas personas no tienen en su fuero interno, ni por educación ni por vocación, los valores del respeto, la igualdad, la tolerancia y la libertad de poner término a una relación si no hay mutuo acuerdo en la convivencia. Es tan evidente la magnitud del problema, la profundidad de sus raíces y la imposibilidad de patrullar en las mentes que habitan cada hogar, que resulta aún más penoso soportar el corolario de dimes y diretes proferidos desde la pertinaz controversia partidista mientras acontecen los sepelios.
Todos los políticos, hombres y mujeres, que ayer escenificaron en la puerta del Ayuntamiento de Sevilla la unidad en la repulsa ante el crimen perpetrado el pasado fin de semana, tienen la obligación institucional y moral de colaborar en todo lo relacionado con este tema. Convertirlo en asunto de Estado y evitar al máximo polemizar sobre sus pormenores. Todos los que ayer utilizaban la demagogia para echarse en cara una mayor dotación de medios desde el Ayuntamiento, desde la Junta o desde el Gobierno central tienen en su haber la experiencia de ser poder y de ser oposición. Pasado, presente y futuro en el que hubo, hay y habrá unas personas que se transformen en potenciales criminales, y otras en potenciales víctimas. Algunas de esas situaciones acaban en muerte. Y, gobierne quien gobierne, la culpa sólo es de quien asesina.
En éste como en tantos otros temas, ni el PP ni el PSOE ni IU acaban de digerir la alternancia en el poder, ni ponen fin a su interminable electoralismo, exacerbado por la concatenación de tres campañas en diez meses. Por favor, únanse para incardinar por doquier que las familias y las amistades se conviertan en la puerta de salida y en el escudo protector de quien está en peligro. Porque no hay ni habrá un policía y un juez para cada comunidad de vecinos.
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