Juan Luis / Pavón

Pasa la vida: 'Sevilla ha evitado la intervención a cambio de prometer un solo rascacielos'

PASA LA VIDA

28 de junio 2012 - 01:00

SEVILLA vivió ayer en San Petersburgo un examen de menor apuro que el del Gobierno Rajoy hoy en Bruselas, porque en juego no había deudas contantes y sonantes sino solamente el prestigio de su patrimonio monumental en el mercado de futuros... turistas. En la Unesco son mucho más condescendientes que en el Consejo Europeo, porque al fin y a la postre todos son acreedores al pasteleo de la interpretación subjetiva. Hay sobrados ejemplos de rascacielos en ciudades históricas, que daban pie a embarullar el informe de Icomos contra la sordera de los políticos sevillanos a sus advertencias. El alcalde ha engarzado las coartadas y los precedentes para que la partida acabara en tablas, y ese resultado evita un revés institucional difícil de digerir en una ciudad que vive tanto de su simbología.

El resultado depara una carambola pintiparada a largo plazo para los promotores del rascacielos: será el único, sin competencia para vender o alquilar plantas con ese marchamo de luxe. Cierto es que, sin esta polémica, tampoco Sevilla y su economía dan de sí para una segunda aventura inmobiliaria de este calibre. Será muy complicado llenar el de Pelli a altos precios de metro cuadrado que rentabilicen la construcción, en un país donde los recortes ya han llegado incluso a medicamentos muy comunes.

"Nos comprometemos a redactar los planes [urbanísticos] necesarios para que esto no vuelva a pasar". Esta frase de Zoido es la clave de la estrategia a la que jugó para que la mayoría del comité de la Unesco acudiera al rescate de Sevilla. El para que esto no vuelva a pasar vale tanto para aprender la lección de no despreciar a la Unesco como para admitir que en la ciudad se forzaron las coordenadas urbanísticas con el fin de imponer un proyecto de difícil encaje.

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