Óscar Puente alienta el agravio andaluz

ÓSCAR Puente viene cometiendo un error sideral al identificar a Andalucía con Juanma Moreno, y no es que eso beneficie al presidente de la Junta, que lo hace, sino que es falso, porque hace más de 20 años que los onubenses vienen reclamando un tren de verdad y otros tantos que Sevilla necesita una ronda superior, la SE-40, que salte el río Guadalquivir por el sur. No es una reclamación del PP, sino de la ciudadanía.

Lo mismo ocurre con el tren de la Costa del Sol hacia Algeciras o con la salida férrea del puerto de esta última ciudad, una reclamación soslayada por los sucesivos gobiernos centrales y que demuestra de modo meridiano la escasa influencia que Andalucía tiene en los ministerios a pesar de ser la comunidad más poblada de España. Desde hace varias décadas manda lo que un monaguillo en el Vaticano.

El ministro de Transportes desconoce tanto Andalucía que le saca brillo a su ignorancia con la alegría del que permanece ciego ante su ridículo. Sostiene Óscar Puente que si Juanma Moreno quiere el tren de Huelva, él tendrá que restarle esos millones de euros al puente de la SE-40, como si el futuro de los onubenses dependiera del malestar de los sevillanos o viceversa. O como si se olvidase que su Ministerio ya proyectó unos túneles para salvar el Guadalquivir, y que fueron desechados a posteriori con la pérdida millonaria de los gastos que generaron los diseños y la compra de la tuneladora.

Óscar Puente alienta un agravio andaluz con respecto a Cataluña, Madrid y País Vasco que viene de antiguo, que a veces ha sido impostado, pero que en los últimos años se está cargando de razones. Mientras la Generalitat se permite el lujo de rechazar la ampliación del aeropuerto del Prats, el de Sevilla carece de una conexión férrea con la ciudad.

Este agravio, que el PP de Juanma Moreno está explotando con el mismo interés que lo hacían sus antecesores socialistas, es un mar de fondo que define al sentir andaluz desde la mitad del siglo pasado y que, a veces, aflora si lo que se encuentra ante ello es el desprecio del Gobierno central. Eso fue el 28-F. Puede que Óscar Puente amplifique con su matonismo lo que sólo es una falta de atención del Gobierno con varias provincias andaluzas, pero en su boca suena a menosprecio, a desconsideración y a agravio.