Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Análisis
EL fenómeno del movimiento cinco estrellas marca un antes y un después en Italia, donde decían eso de "Derecha igual a mafia, izquierda a ladrón".
Ese concepto cambió con la figura de Beppe Grillo, un famoso cómico revolucionario que marcó un mensaje progresista y renovador y arrastró el voto indignado en las generales, aunque luego en las municipales se ha llevado un fuerte varapalo.
Pero el tedio político que viven las sociedades del sur de Europa se alteró en la Puerta del Sol y en las plazas de las principales ciudades de España, con unas protestas que tras semanas organizándose en asambleas se convirtieron en mareas ciudadanas.
Sin embargo, su poca presencia en los medios y la falta de actividades alborotadoras del movimiento dan la impresión de que no han sabido canalizar bien las demandas de los ciudadanos y vuelven a ser los participantes de los movimientos sociales los que siguen tirando a esa masa.
Hace unos meses salió a la luz un proyecto, bastante indefinido, sobre el partido del movimiento 15M, el Partido X. Este se ha atribuido la victoria futura y ofrece a sus electores "Democracia y punto", así reza su eslogan.
Los responsables del Partido X, que ya han empezado a organizarse en asambleas locales desde el pasado 25 de mayo, pretenden llevar esta democracia a través de cuatro pilares básicos: Transparencia, Wikigobierno, Derecho a voto real y Referéndum.
Pero la pregunta es clara ante este mensaje ¿Necesitan un Beppe Grillo? Es decir, necesitan un líder carismático que pueda arrastras a la masas que participaron en las protestas del 15-M y que ahora se han quedado en la sombra. Si la respuesta es negativa, el resultado será menor, el ejemplo es Italia. Un líder carismático como Beppe Grillo consiguió buenos resultados en unas elecciones generales, sin embargo en las locales con caras poco conocidas, o desconocidas, el movimiento no ha atraído esa masa de votos. Pero si la respuesta es positiva debemos replantearnos quién puede ser ese Beppe Grillo español.
Hace unos días, el cómico y ahora periodista Jordi Évole, también conocido como el Follonero, pasó por Málaga atrayendo a miles de personas, que tuvieron que marcharse al completarse el aforo en menos de diez minutos, noticia que conmocionó al propio Évole que ofreció dos turnos.
El Follonero cumple, casi al dedo, con la imagen de Beppe Grillo en Italia, entendiendo las diferencias de sociedades y rasgos culturales. Pero cuando le lancé el órdago en rueda de prensa él se descartó, ya que no se ve "ni con la capacidad, ni con las ganas" de encabezar el liderazgo del 15-M.
Sin embargo, Évole deseó que el "experimento" de Grillo acabase en buen puerto sobre todo el concepto de "regeneración" política que encabeza el cómico italiano.
Sin duda, el movimiento y ahora el Partido X, que acabará su formación en septiembre, deben buscar una figura carismática que movilice a las multitudes para que el mensaje del 15-M vuelva a las casas de todos, una persona como Jordi Évole cuyo programa ya remolca masas indignadas en todo el país.
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