María José Guzmán

Morir de Covid o morir de hambre

Puntadas con hilo

La noticia más triste es que la esperanza sólo se vea en la vacuna, no en la gestión de los gobiernos

17 de noviembre 2020 - 02:30

El testimonio es realmente desgarrador. Una empresaria sevillana, propietaria de una agencia de viajes, difundió hace unos días en las redes sociales en un momento de debilidad un vídeo que ha viralizado el dolor que padecen muchos de estas pymes y autónomos que, sin duda, ostentan el triste honor de ser los más perjudicados dentro del sector turístico en esta pandemia. Susana Cruz lanzaba un mensaje al presidente de la Junta, en calidad de andaluza, para agarrarse a un salvavidas que le evite desaparecer, como ya lo han hecho el 60% de las agencias de viajes. No pierden la esperanza de resucitar, pero la botella de oxígeno se ha terminado. Entre lágrimas, la citada empresaria decía que prefería "morir de Covid antes que morir de hambre". Es muy duro, pero desde marzo no tienen producto que vender, y sin ingresos no se come.

Lo que esta agente implora a Juan Manuel Moreno son ayudas directas que equilibren una balanza en la que ella sólo puede poner 2.000 cancelaciones desde el inicio de la pandemia y una difícil lucha con compañías aéreas, alojamientos y proveedores para la devolución del dinero de las reservas.

Pero no han visto la luz al final del túnel hasta conocer la noticia que todos necesitamos sobre una posible vacuna. Es triste que la supervivencia de estas empresas dependa de ello y no de la gestión de medidas de choque por parte de los gobiernos, ya sean ayudas directas o una mayor y mejor atención sanitaria que contribuya a frenar los contagios y a reforzar la seguridad.

En unos días Sevilla acogerá una importante cumbre de la industria del turismo, Tourism Innovation Summit (TIS), que antes de dar inicio ya ha logrado un gran acierto: por primera vez en España se realizarán test de antígenos a todos los participantes. Una novedad que se convierte en el mejor mensaje de optimismo, pues demuestra que Sevilla es capaz de hacer lo mejor incluso en el peor de los escenarios.

El turismo necesita buenas noticias y, sin duda, que esta cumbre prevista antes de la pandemia se celebre y se haga, además, de manera presencial es muy importante. Y también confirma la valentía con la que se está trabajando en el sector convencido de que, aunque la recuperación no sea en uve, ésta llegará y cuando lo haga estarán más preparados que nunca. Y eso es fruto, principalmente, del esfuerzo que cada uno, desde las grandes cadenas a los emprendedores más pequeños de esta industria, está haciendo por reinventarse y mantenerse a flote, sí, trabajando a pérdidas, como Susana Cruz a quien me alegra haber vuelto a ver en otro vídeo cantando Color esperanza.

El futuro del turismo llega de la mano de la innovación. El TIS es una oportunidad de oro para poner a Sevilla de nuevo en el foco del mundo. Hace sólo 19 meses que la capital acogió la cumbre mundial del WTTC y algunos en la ciudad despreciaron la cita. Ojalá que esto no vuelva a ocurrir y se hayan dado cuenta de que aquello no fue un postureo para traer a Obama, ni lo de ahora una feria tecnológica para salir en los telediarios.

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