Moreno lo apuesta todo al rostro

No se corta el candidato del PP en presumir de que su cara capta más votos que las siglas del partido, toda una novedad

El presidente Moreno
El presidente Moreno / M. G.

13 de mayo 2022 - 04:00

Sevilla/Juanma se sitúa por encima del PP. Proclama sin rubor que su propia figura atrae a más votantes que las siglas del partido, ergo ser del PP ahora mismo resta. El presidente quiere pescar en todos los caladeros, incluso en el de los socialistas enfadados. Ojo porque si la primera clave es narcisista (allá él), la segunda apunta a una desideologización del voto disfrazada de anhelo de centralidad. ¿Qué es la centralidad? ¿Por qué muchos políticos la buscan como si fuera el vellocino de oro?

Algún dirigente te explica en privado que en el PP deben sentirse cómodos votantes muy dispares. De acuerdo con esta estrategia se procede a descafeinar algunos postulados y se juegan cartas de diferentes barajas, de tal forma que se logre una fotografía ajustada de “una sociedad que es plural”. Claro, así pintado queda comprensible. En el fondo se trata de equilibrios, equidistancias, ambigüedades, gestos, guiños y otras tácticas o artimañas, según los casos, para lograr el voto convencido o prestado del católico, el ateo, el agnóstico, el liberal, el socialdemócrata, el cabreado, ectétera.

La novedad de hoy es que el presidente andaluz ha reconocido abiertamente su estrategia con todo lujo de detalles. Quiere convertirse en el mejor candidato del PSOE en Andalucía, justo lo que ha sido Feijóo en Galicia. No sabemos si la misma fórmula dará resultado en el sur. Al PSOE le sirvió y mucho lograr una identificación absoluta de sus siglas con el concepto de autonomía, ayudado por el pecado original de la derecha que se opuso al referéndum. Recuerdo a Zoido apostando de cara a los comicios municipales de 2011 por su marca personal antes que por la del PP. Arrasó en las urnas y se convirtió hasta en presidente de la FEMP. Zoido logró más votos prestados que nadie. Marcó un hito.

En el acto más masivo de aquellos meses previos a las elecciones emergió Javier Arenas sacando con orgullo la condición de militante del PP por encima de todo. Zoido perdió el poder en la primera ocasión que los ciudadanos tuvieron de pronunciarse. Moreno ha asumido un riesgo importante. Seguro que lo ha medido bien porque no es hombre de tirarse en parapente. Parte de una cifra muy baja de diputados y necesita crecer mucho para ser fuerte ante Vox, su aliado natural. La desideologización a la que en realidad se aferra, revestida de centralidad, nunca ha sido una carta jugada en unos comicios andaluces por un candidato de centro-derecha. Acaso se han jugado bazas como la de captar el voto andalucista, incluso con fichajes en las listas de antiguos militantes del PA. Moreno lo apuesta todo al rostro.

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