Millones a la basura

El dinero tirado en la tuneladora de la SE-40 multiplica por cinco el gastado en el Hospital Militar

17 de enero 2021 - 02:31

Cuarenta y tantos millones de euros se han tirado ya a la basura en la tuneladora que nunca va a hacer los túneles de la SE-40. Las cifras las publicábamos el viernes pasado en este diario: 30 millones que costó la maquinaria y luego más de 11 millones que se han gastado en mantenerla almacenada para nada. Ese dinero supone, por citar otra obra de la que se habla esos días mucho en Sevilla, cinco veces lo que ha empleado la Junta en reabrir parcialmente el Hospital Militar, una obra que tiene mucho de operación propagandística pero que, en definitiva, supone unir un puñado de camas más, tanto convencionales como de cuidados intensivos, a la lucha contra la pandemia.

Con los túneles de la SE-40 se cumplen dos premisas de actuación administrativa que después de cuarenta años de democracia no se han podido desterrar: la primera es considerar que el dinero público no es de nadie y que se pueden perder impunemente decenas de millones de euros sin que nadie asuma ninguna responsabilidad y como si fuera lo más normal del mundo. La segunda es supeditar grandes obras de infraestructura a conveniencias políticas o estratégicas. Lo de la segunda circunvalación de Sevilla-la primera se nos quedó estrecha desde que se hizo para la Expo- refleja la pérdida de peso específico de la capital de Andalucía en el conjunto de España y cómo maltratarla es algo que en Madrid sale gratis. El parón de los túneles en cuestión ha sido asumido por la ciudad con su habitual indolencia, sin más protesta que la testimonial promovida por los empresarios, que se ha quedado sin fuerzas antes de empezar. No parece que el despilfarro y la inoperancia sean cosas que en Sevilla pasen factura a sus responsables.

El caso de la carretera de circunvalación, lo que ha costado la tuneladora y mantenerla inactiva tantos años, no deja de ser el chocolate del loro de una obra que lleva paralizada desde 2012 y que en el improbable caso de que alguna vez se reanudara costaría por encima de los mil millones de euros. Eso sin contar la cantidad de dinero que ha dejado de venir a Sevilla en proyectos de inversión por ser una ciudad sin infraestructuras suficientes para albergarlos.

Aquí la política o determinada forma de hacer política cuesta dinero y cuesta expectativas de progreso. Que a estas alturas no sepamos cuál va a ser el futuro de esta obra, por más que el criterio del Ministerio de Fomento sea que es inviable tal y como está proyectada, da idea de la ligereza con la que se toman estos temas. El dinero enterrado ya no se va a recuperar nunca. Lo malo es que se siguen tirando los millones a la basura. Total, no son de nadie.

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